Un día, un niño de diez años entró a una heladería, se sentó en una mesa y preguntó a la mesera, “¿Cuánto cuesta un cono de helado? Ella respondió, “Setenta y cinco centavos.” El niño contó sus monedas y volvió a preguntar cuánto costaba un vaso pequeño de helado. La mesera contestó impaciente, “Sesenta y cinco centavos.” El niño pidió entonces el vaso pequeño.
Cuando se acabó su helado pagó su cuenta y se fue. Cuando la mesera volvió a recoger el plato limpio se conmovió. Debajo había diez centavos de propina.
El niño tuvo en cuenta a la mesera antes de pedir su helado. Mostró sensibilidad y consideración. Pensó en alguien más y no solo en sí mismo. Si todos pensáramos igual que este niño, tendríamos un mejor mundo en el cual vivir. Muestra consideración, cortesía y educación. El pensar en otros es señal de una actitud atenta.
Fuente: Motivational Stories