En promedio, pasamos la tercera parte de nuestro día en el trabajo (si consideramos una jornada de ocho horas); si ese tiempo lo sufrimos y pasamos la mitad de la jornada esperando que el reloj marque la hora de salida, es evidente que somos menos productivos y las posibilidades de crecer en la empresa se reducen; sin mencionar el daño a nuestra salud emocional. Disfrutar el tiempo que pasamos en el trabajo es importante y un factor clave, incluso si no nos encantan las actividades que desempeñamos, es el ambiente de la empresa.
No somos robots, somos seres sociales que necesitan la interacción humana. Algunas empresas creen que el ambiente laboral no es un asunto primordial, pero se equivocan; la productividad y el desempeño están íntimamente ligados a un ambiente laboral adecuado e incluso puede beneficiar financieramente a la empresa, ya que al sentirse más estimulados los trabajadores podrán alcanzar su máximo potencial.
Un lugar de trabajo con un buen ambiente laboral favorecerá el desempeño y permitirá que los empleados estén más comprometidos con el trabajo, reducirá el ausentismo así como las enfermedades asociadas al estrés.
¿Cómo se logra esto?
- La empresa debe valorar a sus empleados.
- Fomentar la participación y hacerles saber que su opinión cuenta.
- Impulsar la iniciativa.
- Establecer objetivos claros y alcanzables.
- El trabajo debe ser estimulante y suponer un reto, pero no imposible de lograr.
- Debe existir un canal de comunicación abierto.
- La retroalimentación será clave.
- Deben ofrecerse oportunidades de crecimiento y aprendizaje.
- Se deben reconocer los logros y aportaciones de cada persona.
- Se debe permitir un balance entre el trabajo y la vida personal.
- Las relaciones tienen que estar basadas en el respeto y la confianza
- El lugar de trabajo debe ser adecuado y de preferencia cómodo.
- Se puede permitir a los empleados que personalicen su espacio para que se sientan más a gusto.
- Las dinámicas de integración también pueden resultar útiles para mejorar las relaciones.
Escrito por: Elena Pedrozo