Las mujeres somos especialmente proclives a descuidarnos en pro de los demás; estamos tan preocupadas por nuestros hijos, nuestros esposos y nuestros padres, que dejamos nuestra propia salud de lado. Pero olvidarnos de nuestra propia salud puede tener mayores consecuencias.
Quizás en México no tenemos muy arraigada la idea de prevención, pero está comprobado que cualquier enfermedad detectada a tiempo hace más efectivo el tratamiento. Muchas enfermedades no dan síntomas de su presencia hasta que están muy avanzadas, por lo que es importante realizarnos revisiones periódicas para asegurarnos de estar saludables.
La realización de estudios de rutina nos permite conocer el estado de salud de nuestro cuerpo tratar oportunamente alguna enfermedad que no hubiésemos notado. Toda mujer, independientemente de su edad, debe acudir al ginecólogo regularmente para cuidar su salud femenina. Por lo menos una vez al año es recomendable asistir al médico para realizar los estudios correspondientes, que serán determinados de acuerdo a nuestra edad y estilo de vida.
Es importante que nuestra primera visita al ginecólogo sea tras la aparición de nuestra primera menstruación (o entre los 13 y 15 años). En esta época de cambios necesitaremos orientación de un especialista. Además es importante descartar trastornos hormonales y ginecológicos que pueden presentar sus primeros síntomas en esta etapa tales como menstruaciones dolorosas, sangrado menstrual excesivo o ausencia de periodos.
La siguiente etapa es entre los 20 y 40 años, que es cuando nos hallamos en plena etapa reproductiva. El control regular debe incluir papanicolaou, examen mamario y pélvico. Debemos estar en profunda comunicación con nuestro ginecólogo por cualquier cambio que se pudiera presentar. Así mismo, la planeación del embarazo o el uso de anticonceptivos si no tenemos deseos de tener hijos.
Otra etapa de cambios se presenta entre los 40 y 50 años, la pre-menopausia o la menopausia. En este periodo surgen alteraciones hormonales y es necesario estar al pendiente para asegurarnos que el cambio ocurra sin las menores complicaciones. Los cambios hormonales provocarán alteraciones en el organismo, entre ellas afectar los huesos, por lo que una densitometría será uno de los exámenes de rutina en este periodo.
Debemos aprender que visitar al doctor no debe ser sinónimo de estar enfermo. Especialmente en el caso de la salud ginecológica, las revisiones regulares son clave para detectar a tiempo diversas enfermedades para que puedan ser tratadas a tiempo. Una vez que se inicia la vida sexual, es necesario buscar un ginecólogo y acudir a revisión al menos una vez al año.
Escrito por: Elena Pedrozo
