Elizabeth Gilbert decidió viajar sola por el mundo en busca de sí misma. Parece ser un deseo de muchas de nosotras. Lo cierto es que no todas pueden y menos tienen éxito. Una amiga suele decir que tratamos de huir en busca del “paraíso en la otra esquina”. Si bien es cierto que no es fácil viajar sola y, además, tener un experiencia enriquecedora, hay que admitir que Elizabeth lo logró. Sola, se aventuró por Italia, India, Bali y triunfó.
Quizá lo mejor de su viaje es que desde el principio supo que era lo que quería hacer y lo qué no. Sus expectativas eran las adecuadas para una experiencia de ese tipo. Lo primero fue que decidió cuidarse. No iba a experimentar con nada que pusieran en riesgo su salud o su vida. No iba a ahogar sus penas en alcohol. Ella salió de casa dispuesta a aprender y a tomar la vida de manera ligera.
En Italia decidió hacer lo que le gustaba. Aprender el idioma simplemente porque sí. Porque sonaba bonito. Y comió pizza sin preocuparse por su figura. Lo hizo por gusto. En India se sometió a la disciplina espiritual. Se levantaba a las 4.30 de la mañana a cumplir con las obligaciones y a tratar de vaciar su mente. Se desprendió de todo lo material posible. Y en Bali se puso a trabajar para encontrar el balance entre el placer de lo mundano y la austeridad espiritual. En todo los caminos, ella se aseguró de construir relaciones que le dieran sentido a sus metas.
Viajar sola
Siempre es muy divertido compartir vacaciones pero es cierto que no siempre se puede viajar acompañada. Aunque cuesta trabajo, hay veces que debemos aventurarnos pues el saber viajar sola es muy liberador. Y en buena medida enriquecedor. Además, se tiende a ser más abierta, a ir hacia las otras personas, nos salimos de nuestra zona de confort para ir al encuentro del otro. Para tu viaje: 1) Piensa qué esperas lograr de antemano, 2) abre tu mente y tu corazón y 3) lleva un diario, quizá se vuelva un bestseller.
