Bienestar

Las máquinas

las-maquinasAyer, mi PC se descompuso. En realidad, “algo” tuve que ver con eso… Aconsejo no tomar té (ni café, ni ningún otro líquido que pueda volcarse) cerca del teclado.

El hecho fue que a las 9 AM, con trabajo por delante, muchos mails por responder y un post por publicar (claramente, no éste), me encontré virtualmente “desamparada”.

Es extraña la sensación que se tiene en una circunstancia semejante. Mi primera reacción (luego de dejar salir mi enojo y de acordarme de los “parientes” de mi computadora) fue ir a buscar ayuda y un (buen) diagnóstico, PC en mano.

Pero eran tantas las ideas que se me venían a la mente… Llegué a la conclusión de que nuestras vidas están regidas por “las máquinas”. Imagínate por un instante sin tu PC, tu TE, Tu TV… Cuando se nos descompone el refrigerador, el ascensor o el aire acondicionado nos vemos inmersos en situaciones totalmente indeseables y nos sentimos, de algún modo, “desamparados”…

Ojo, me encanta vivir en un mundo globalizado, estar en contacto diario con familiares y con amigos que viven lejos (¡y con ustedes!), enterarme de las últimas noticias al instante por Twitter o por la TV, obtener respuestas googleando… Pero ayer, con el correr de las horas, me di cuenta de que me molestaba sobremanera que, de algún modo, “las máquinas” hayan tomado el control. Recordé las películas sobre rebeliones de las máquinas y lo dependientes que nos hemos vuelto de ellas.

¿A ti no te sucede algo similar?

¿No conoces gente que se sienta a disfrutar una comida o un café con alguien querido, pero que ve su tranquilidad interrumpida por estar en un sitio sin señal en su celular? ¿O que, si su acompañante se levanta de la mesa, se fija inmediatamente (o como sin quererlo) si tiene algún mensaje nuevo en su teléfono?

En muchos hogares, la TV se ha convertido en un invitado más a la mesa, a quien no se debe interrumpir y que solo nos permite interactuar con los demás seres humanos durante las publicidades (salvo que sean muy novedosas).

¿Conoces acaso a alguien que no haya sacrificado horas de su descanso y de su sueño para seguir las peripecias de los personajes de su tira o de su novela preferida o para saber “quién es el asesino” aunque al día siguiente no recordemos bien la trama esa serie?

Claro que es importante estar conectado. Hoy en día, la falta de una respuesta inmediata (incluso instantánea) puede hacer peligrar un trabajo o un cliente. Todos tenemos días en los que agradecemos la bendición de contar con las herramientas que tenemos actualmente para trabajar, para ser eficientes, para crear. Y también están esas ocasiones en las que no podemos decidir cuánto tiempo pasamos frente al “ordenador” o cuán pendientes estamos de un llamado o de un correo electrónico.

Pero en el resto de las situaciones, es necesario sentir que estamos a cargo. La vida también pasa por compartir, por reunirse en persona, por estar al aire libre o por tener pasatiempos “dinámicos” (caminar, hacer deporte o ejercicio físico, salir de paseo en buena compañía).

Por esto y por tu salud, intenta alguna de estas opciones relacionadas con “las máquinas” durante los próximos días (o en el fin de semana):

- Apaga la TV una noche: no la enciendas al llegar de trabajar o antes de dormirte.
- Demora el horario de encendido de tu PC los fines de semana
- Desconéctate durante el lapso que establezcas
- No duermas con el celular encendido
- Si tu programa del fin de semana incluye quedarte frente a la PC, intenta cambiarlo (por lo menos, en parte) por uno en el que compartas tiempo con alguna persona que quieras o que te agrade.

Ayer, poniendo las cosas en su justo lugar, pensé que no pasó nada irremediable, nadie murió ni salió herido, así que, sinceramente, decidí no sobredimensionar lo sucedido. Por la tarde me anunciaron que mi PC “probablemente tenga solución” y que si le cambian “esto y aquello” tal vez quede “bastante bien” (lo que sea que esto significa).

Obvio que lo que pasó me generó bastante tensión. Pero, paradójicamente, por primera vez en bastante tiempo, sentí que era yo, de alguna manera, quien estaba a cargo.

Y eso fue muy bueno.

¿Crees que hemos perdido (como mínimo, parte) del control de “las máquinas”?

Escrito por: Merlina Meiler

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