A finales de Marzo, saliendo de mi clase de Tai Chi por la puerta del estacionamiento que da a la calle de Boulevares, de pronto sentí como que volaba, levantándome del suelo como medio metro y mis dos pies quedaron en el aire, por lo que caí con gran fuerza, lastimándome la boca (se me partió el labio y mi puente), la rodilla izquierda, la mano y el pie derechos.
Los policías que vigilan la entrada y salida del Naucalli, corrieron a auxiliarme y llamaron de inmediato al doctor que tienen ahí, para dar atención a los que asisten a dicho parque. El me revisó y me dijo que no tenía ninguna fractura, lo cual es común en adultos mayores como yo y después de tomar un poco de agua que me ofreció uno de los policías, me consiguieron un taxi y me fui a mi casa.
Uno de mis hijos observó que tenía yo un gran moretón por la parte trasera de la rodilla y pensó que alguien me había pateado y se enojó tanto, que le dije que yo iba a ir a investigar, que se tranquilizara.
Estuve todo Abril y Mayo con la pierna y el pie inflamados, morados y no podía caminar. Uno de los médicos que me revisó, (Acupuntura) al ir a poner agujas en mi espalda observó que a la altura de la cintura, tenía yo otro enorme moretón inexplicable.
Cuando pude caminar, fui a ver al policía que me ayudó tan amablemente y él me dijo, casi en susurros: Le dispararon con una pistola de aire comprimido, señora, por eso se cayó.
-¿Cómo? –exclamé incrédula.
-Sí, unos chicos jugaban con sus pistolas y a uno de ellos le pareció gracioso dispararle a usted. Le dio en la espalda y en la pierna. Cuando usted se cayó al suelo, se asustaron, pero los pudimos detener y quitarles las pistolas. Son chicos de familias ricas e influyentes y solo pudimos amonestarlos, antes de dejarlos ir.
-¿Me puede dar sus nombres y direcciones?
-No los registramos, señora, por órdenes superiores.
-¡Ah, me hubiera gustado decirles tantas cosas!....
Y eso es lo que hago ahora: Esa caída pudo ocasionarme hasta la muerte ya que tengo setenta años y quisiera decirles a los padres de esos chicos y a ellos lo siguiente:
-Cada uno de nosotros somos responsables de nuestros propios actos y por lo tanto, antes de actuar debemos pensar. Los padres en no consentir a sus hijos, no permitirles andar en la calle cuando tienen clases, no comprarles todo lo que piden. Los hijos necesitan conocer el orden y la disciplina para saber actuar con inteligencia y cordura.
-A los chicos, recordarles que todos merecemos respeto, sin importar nuestra edad. Yo no estaba jugando con ellos, no soy su amiga, ni su hermana, sino una persona mayor merecedora de respeto, no solamente por mi edad, sino porque lo he ganado con mi esfuerzo. Ellos son responsables de que aún ahora, tres meses después del suceso, todavía no sane mi rodilla, pues siguen inflamados los ligamentos y también son responsables de todos los gastos en los que incurrí, por su insensatez e imprudencia.
-Solamente quiero repetir que cada uno es el constructor de su propio destino. Lo que ahora haces, piensas, dices, sientes positivo o negativo, lo estás creando y lo recibirás en el futuro, solamente que será multiplicado, tal y como lo enviaste positivo o negativo. Sé consciente de que lo que das, recibirás. Así que si quieres vivir feliz, se responsable, honesto y da alegría, respeto, bienestar, felicidad, a los demás.
Le hubiese dicho tantas cosas por Rita Calderón