Bienestar

Lecciones para saber caer

caer“Lo que sucede es que no sabes caer”, me comentó alguna vez el medallista olímpico Joel Sánchez, a quien tuve la fortuna de tener como alumno en la universidad. Recuerdo que platicábamos, en aquella ocasión, de mis múltiples caídas. Como parte de mi presentación cada semestre, les comento a mis alumnos de este “detalle” de mi personalidad, por si algún día desaparezco misteriosamente a mitad de la clase. Lo cierto es que me caigo con mucha frecuencia desde que era niña. Mi última caída fue sentada, pasando lista en un salón de clases…jajaja. En ese momento hubiera deseado ser alumna. Seamos sinceros, más de una vez nos hubiera gustado presenciar esta escena protagonizada por nuestro profesor “favorito”.
Regresando al comentario de Joel, me decía que al no dejarnos caer, ponemos resistencia y así nos lastimamos más. Le comentaba que uno no iba por la vida esperando caerse para saber cómo reaccionar. Se trataba de algo completamente sorpresivo. Claro que él sabía muy bien de lo que hablaba, pues parte de su entrenamiento deportivo era evitar lo más posible las lesiones. He podido aplicar el principio en un par de ocasiones cuando, por suerte, tuve oportunidad de recordarlo. En otros momentos es inevitable que vengan a mi mente las palabras de la gran escritora norteamericana Louise L. Hay, de su libro El poder está dentro de ti: “Cuando no creemos merecer el bien, estamos en verdad privándonos de nuestros propios soportes, cosa que podemos hacer en una gran variedad de formas. Podemos crear caos, perder cosas, lastimarnos o tener problemas físicos, como caídas, o sufrir accidentes”

Cierta mañana que platicaba con una alumna, me contaba lo atrapada que se sentía en una relación amorosa. Una relación que se había desgastado mucho con el tiempo y detalles de infidelidad que se habían hecho presentes. Le pregunté: ¿por qué no pones fin a la relación? Miedo a lo desconocido, a la soledad, a no saber cómo vivir sin él, miedo al dolor. Regresó a mi memoria el comentario: “es que no sabemos caer”. ¿Cuántos de nos otros estamos atrapados en una situación, cualquiera que ésta sea, por tratar de evitar el piso? ¿Cuántos de nosotros nos lastimamos más si nos oponemos a caer? Muchos me podrán decir que se trata de un reflejo y un instinto de conservación, pero ¿es esta razón suficiente para mantenernos infelices? ¿Será acaso que nos hace falta un entrenamiento especial para evitar las lesiones del corazón? Y si aprendemos que el caer es parte de la vida, que nos enseñará a levantarnos. Claro que no se trata de ir queriendo aterrizar un día si y el otro también, sino de no resistirnos tanto a tomar la decisión que sabemos a todas luces es la adecuada y conveniente para nuestro corazón.

No evitar sentir dolor, sino respetarlo, porque cuando una relación termina algo de nosotros mismos se va con ella. Es como cuando nos hacemos un raspón. Primero la herida está en carne viva, poco a poco con el tiempo y los cuidados necesarios va cerrando. Es posible que nos quede una cicatriz que nos recuerde la caída, pero ya no dolerá más. El dolor habrá pasado y nos dejará la gran enseñanza de saber caer.

Lecciones para saber caer

Escrito por Maricarmen D.J.
Derechos reservados.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

*