Bienestar

Libérate de tus deudas emocionales

Nos dicen que el pasado ya no nos puede hacer daño; que de lo vivido nos quedemos con las experiencias y aprendizajes. Sin embargo, a veces dejamos que su peso se quede sobre nosotros y acumulamos una deuda emocional que nos impide vivir plenamente.

Tal como las cuentas por pagar en las que es necesario saldar un monto por una renta, compra o quizá el uso de un servicio; existen las deudas emocionales que son “saldos” pendientes en cuanto a relaciones o situaciones que quizá no tuvieron el cierre adecuado. Estas afectan nuestras decisiones y acciones, e incluso si no nos damos cuenta, se convierten en una carga que acorta nuestra capacidad de lidiar con las cosas y las personas de forma asertiva y sana.

Perdones no dados, emociones no expresadas, los deseos no cumplidos y compromisos hechos con nosotros mismos que siguen en lista de espera; las situaciones que te tienen en el hartazgo pero ante las cuales no has tomado una resolución y las molestias que se siguen acumulando. Las deudas emocionales nos saturan, nos angustian y tal como cualquier cuenta pendiente, nos impiden vivir plenamente.

Quizá no sepamos porque nos sentimos tristes o irritables, simplemente sabemos dentro de nosotros que algo no anda bien y una angustia sin causa precisa está latente en nuestro interior.

Aunque sea de forma involuntaria, estas “deudas emocionales” tienen peso constante en nuestra forma de actuar y es necesario hacernos conscientes de que existen para poder liberarnos. Para saldar esta deuda invisible es importante ser honestos con nosotros mismos, darnos cuenta de cuáles son las motivaciones detrás de nuestras acciones y que veamos si existe algo pendiente que nos impulsa a tomar ese camino; notar los patrones ocultos nos ayudará a tener mayor claridad sobre las cuestiones que es necesario resolver.

Quizá dentro de nosotros creemos que podemos dejar para después el arreglar las cosas y seguimos postergando la resolución de lo que nos hace daño. Pero lo cierto es que las deudas emocionales que más pesan son aquellas que nunca saldamos y si por alguna razón –como la muerte de la otra persona– nunca logramos aclarar las cosas, es probable que nos llenemos de arrepentimientos y vivamos con ese peso por el resto de nuestra vida.

Descubrir cuáles son nuestras deudas y trabajarlas para saldar las cuentas, puede ser benéfico para nuestras relaciones, pero sobre todo para nuestra salud emocional. Así como al acabar con una deuda nos sentimos liberados, resolver esas cuentas pendientes nos ayudará a ser más libres y felices.

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