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"Tu hija murió, no pudimos hacer nada por ella, nació con insuficiencia respiratoria. Traté salvarla, pero fue imposible", le dijo a Vanesa.
Ella desesperada pidió una explicación más concreta, “ya te dije, murió, la llevé a incinerar, no hay más que decir ni hacer, los documentos están en trámite”, sostuvo el ginecólogo de 74 años de edad.
Días después, Vanesa recibió un correo electrónico que le informaba que su hija no había muerto, sino que había sido vendida “por una buena lana”.
Las autoridades descubrieron que una psicóloga tenía a la menor desaparecida. No podía ser madre y era tal su deseo, que pagó 15,000 pesos por esa niña recién nacida.
Finalmente, a un año de haber pasado por ese amargo pasaje, Vanesa recuperará a su pequeña y con ello la felicidad de poder tener a su lado a ese ser que un día trajo a la vida
Foto: elmanana.com.mx