Bienestar

Manual de primeros auxilios sobre la autoestima

¿Qué es la autoestima?

La autoestima es el valor que nos damos a nosotros mismos; la forma en que nos percibimos y la manera en que nos sentimos respecto de nuestras capacidades, habilidades y defectos. Es importante saber que las personas tenemos distintas facetas de personalidad y que constantemente nos autoevaluamos respecto a cada una de ellas.   
Todos tenemos un lado que tratamos de ocultar porque de alguna manera  nos causa insatisfacción. En esa faceta probablemente tengamos una autoestima baja.  Digamos  que hasta cierto punto  es “normal”. Muchos de nuestros problemas pueden ser  consecuencia de una baja autoestima, pero la situación es grave cuando tenemos autoestima baja en todas las facetas de la personalidad. En esos casos es muy recomendable acudir a un psicólogo, ya que es muy  difícil cambiar solo esa autopercepción.
 

 

 

Autoestima baja

Hay personas con autoestima baja, eso quiere decir que la percepción que tienen de sí mismos es negativa. Otras tienen una autoestima alta, eso es que su valoración personal es favorable. Las consecuencias de una autoestima baja son destructivas en todos los casos. Las personas con esta condición tienden a predecir el fracaso antes de intentar algo; por ello, generalmente se paralizan y si comienzan las cosas las dejan a medias, convencidas de que no lo harán bien. En definitiva, la baja autoestima impacta en la felicidad porque es un freno para el logro de objetivos.

Es cierto que todos tenemos defectos o cosas en las que no somos tan buenos, pero también es cierto que no hay una persona que sea buena en todo.

 

 

Características que puede tener una persona con baja autoestima:

  • Desprecia sus virtudes.
  • Demasiado autocrítica.
  • No toma en cuenta los halagos, pero sí las críticas.
  • Opta por las decisiones de los otros, aunque crea que su opinión es correcta.
  • Actúa a la defensiva.
  • Se siente despreciada con frecuencia.
  • Siente que tiene menos valor que los demás.
  • No está conforme con su cuerpo.
  • Desearía ser otra(s) persona(s).
  • Constantemente se manda mensajes internos negativos.

Es importante identificar en qué áreas nuestra autoestima es más baja y cómo justificamos esa percepción de nosotros mismos.   
Cuando una persona tiene autoestima baja en todas las facetas de su personalidad, corre el riesgo de ser muy infeliz e incluso de caer en una enfermedad mental. Si únicamente pasa en una faceta de nuestra vida, a no ser que ésta sea muy baja, no es un gran problema, pero sí puede interferir en nuestra felicidad.
Más adelante encontrarás un test para ver en qué aspectos de tu personalidad tu nivel de autoestima está a la baja, así podrás trabajar en ella.

Autoestima (demasiado) alta

Hay gente que es poco realista con respecto a sus capacidades y las sobrevalora. Estas personas, al creer con tal fe en una o varias de sus habilidades, tienden a frustrarse menos, y al intentar mucho más, logran más cosas que el resto. Un claro ejemplo son algunos artistas que con voz de gallo han alcanzado la cuotas más grandes del éxito. Creen tantísimo en su talento que son capaces de intentarlo muchísimas veces más que los otros. También pueden sufrir grandes decepciones al chocar de frente con la realidad de sus capacidades.

La baja autoestima física

En toda la historia de la humanidad nunca habíamos estado tan sanos y guapos como ahora. Paradójicamente, jamás la gente se había sentido tan insatisfecha con respecto a su físico como hoy. Esto se debe a que nos comparamos con cuerpos y caras que no son reales. Los modelos corporales de la publicidad y los medios de comunicación, además de pasar horas incontables en el gimnasio, cuentan con hadas o hados madrinas que manipulan sus fotografías en Photoshop o programas similares. El otro problema es que los ideales de belleza se han vuelto completamente imposibles. El peso de la mayoría de las modelos está muy por debajo del ideal, tan es así que muchas de ellas no tienen ni la regla (si una mujer no tiene 20% de grasa corporal, deja de reglar, ya que su cuerpo le dice que no se puede embarazar al no tener la suficiente grasa). Para colmo, el ideal de mujer es ser flaca, pero con unos pechos copa D. Esto es casi imposible, a no ser que te hagas una cirugía plástica. La mayoría de las mujeres que tienen baja autoestima se comparan con estas mujeres irreales, de ahí que ahora existan tantos transtornos alimenticios como la anorexia o la bulimia.

Es obvio que todos tenemos características físicas que no nos gustan. Obviamente, nadie tiene un cuerpo perfecto, pero hay gente que se obsesiona con una parte de su cuerpo que no es tan bonita. Eso hace que no dejen de pensar en ella y, al final, acaben obsesionándose con ese único defecto. Lo peor es que al estar centrado en tapar esa imperfección, se vuelve más obvia. Como ejemplo: la típica amiga que se tapa la boca al sonreír o al hablar porque sus dientes están separados. Lo que consigue es que nos centremos sólo en la boca para ver por qué se la tapa. Si aceptáramos esa pequeña imperfección como una característica de nuestra personalidad, la gente la vería como un elemento singular y bello. El mejor ejemplo: Cuando tu cuerpo no es perfecto Madonna. Ella nunca trató de ocultar sus dientes frontales, haciendo de la separación entre ellos un rasgo atractivo.

Ser mujer y la baja autoestima

Tendemos a comportarnos como la gente espera. Por eso, cuando se crean estereotipos, se reproducen hasta que, eventualmente, se vuelven una norma. Por ejemplo, en muchos países los noticieros mencionan la nacionalidad o el origen étnico de los criminales sólo cuando son extranjeros o pertenecen a una minoría social. El mensaje que se manda es: “Si eres de esa cultura o nacionalidad, es de esperar que te comportes más agresivamente”. Por ello es muy importante que no se asocien defectos a culturas, nacionalidades, etnias, etcétera, porque entonces la gente comienza a comportarse como los demás esperan. De ahí la importancia de que existan mexicanos como Lorena Ochoa y Ana Guevara, y un afroasiático como Tiger Woods, que rompan prejuicios en cuanto a género, cultura o nacionalidad.

Eso mismo nos pasa a las mujeres: a lo largo de la historia se nos ha dicho que no servimos para pensar. Hasta hace poco, las mujeres no iban a la escuela ya que eran consideradas seres inferiores. Todavía hay carreras, como las ingenierías, en las que el porcentaje de mujeres es mucho menor. Hay gente que cree que los hombres son más aptos para puestos directivos; lo peor es que las propias mujeres lo piensan, por lo que cuando llegan a cierta jerarquía en la empresa no aspiran a más, ni siquiera lo intentan. Desgraciadamente, el límite nos lo imponemos nosotras mismas al pensar que el hombre es más capaz.

Hasta los grandes chefs son hombres y la razón es que a ellos se les educa y se les dice que son capaces de todo. Es importante no sabotearnos a nosotras mismas. Hay cosas que a las mujeres nos puede costar más trabajo por nuestra condición física, pero nunca es excusa para pensar que no somos capaces o que para un hombre es más fácil lograrlo.

 

Cómo puede impactar la familia en una baja autoestima

La familia impacta enormemente en nuestra autoestima. Esto se debe a que desde pequeños los padres generan expectativas
sobre los hijos; por eso los motivan a realizar aquello para lo que los consideran aptos, o lo que les gustaría que fueran, y los desalientan a hacer aquellas cosas para las que no los consideran adecuados o que les desagradan; claro, su intención no es generar daño, a veces incluso lo hacen por protección.

Cuando los padres piensan que su hijo no es bueno para algo, dicen: “Te dije que no servías para eso”, y quizá se equivoquen, tal vez el hijo sólo lo ha intentado un par de veces, muy pocas para comprobar si es bueno en algo. Sin embargo, lo más seguro es que se quede con esa idea y no lo vuelva a probar. En definitiva, generalmente nos comportamos como nuestros papás esperan y, en muchos casos, no de acuerdo con nuestras capacidades. Cabe decir que también puede pasar al contrario: que el hijo construya una alta autoestima a partir de la opinión o los deseos de sus padres. Es posible que si los padres sueñan con que su hijo sea músico, cualquier intento de tocar un instrumento o, incluso, al dar las primeras palmaditas de bebé, los papás lo lean como un gusto innato por la música, alentándolo a continuar.

Lo mismo pasa con la posición que cada hijo ocupa según el orden de nacimiento: no es casualidad que los hermanos mayores tiendan a ser más responsables. Esto se debe a que constantemente se les repite que ellos son mayores y son los que tienen que cuidar del resto. En cambio, de los pequeños se espera que sean menos responsables y por ello tienden a serlo. En definitiva, se comprueba que nos comportamos como se espera que lo hagamos. Una vez que se cree ser malo para algo, hay una voz interna que lo recuerda constantemente. Es importante frenar esa dinámica. Por eso, cuando pienses que no eres bueno para algo, reflexiona hasta qué punto lo has intentado, si es suficiente, o si has llegado a creer lo que te han dicho constantemente sobre ti y tus capacidades.

La baja autoestima y la inteligencia

Hasta hace poco tiempo una persona era inteligente cuando sabía solucionar problemas matemáticos complejos, o si era buena para cierto tipo de cálculos. Aquellos que no sobresalían en este sentido no eran considerados tan inteligentes o se les calificaba de tontos. Las cosas han cambiado mucho y ahora se considera que hay varios tipos de inteligencias. Una inteligencia lógica, que tiene que ver con la capacidad de llegar a una solución lo antes posible; una inteligencia emocional; una inteligencia creativa; intuitiva… Actualmente hay un sinfín de formas para demostrar el talento. También existe una inteligencia más artística, que es la que tienen los músicos.

En definitiva, si quieres hacer un balance real de tu personalidad debes encontrar la “inteligencia” en la que más destacas y desarrollarla al máximo, porque es tu don. En cambio, debes asegurarte de trabajar suficientemente en las áreas que se te dan peor, para que al menos puedas resolver los problemas a los que te enfrenta la vida diaria, pero no te agobies si no resultas ser la primera potencia en ellas.

Cómo mejorar mi inteligencia

Obviamente, la inteligencia tiene un factor innato que la define; es decir, hay personas que nacen con capacidades excepcionales y otras que… no tanto. Pero la mayoría podemos alcanzar un mínimo más que suficiente para realizar nuestras actividades y también hacerlas crecer.

Explicaré un poco, de manera metafórica, en qué consiste la inteligencia. Imagina que es como una cesta de naranjas. Si guardaras 10 kilos de esta fruta en tu cabeza, potencialmente, al exprimirte el cerebro se obtendrían 10 litros de jugo. Sucede que mucha gente tiene un cerebro equivalente a 10 kilos de naranjas y como no se exprimen bien o no se sacan partido, sólo obtienen tres litros de jugo. Esto puede pasar porque son holgazanas, porque están poco motivadas o porque piensan que no valen, o sea, por
que su autoestima es baja. En cambio, hay gente cuyo cerebro tiene el equivalente a cinco kilos de naranjas y sacan cinco litros de jugo. Eso quiere decir que aunque no tengamos un talento especial, con trabajo y con autoestima alta podemos fortalecer a tal grado una capacidad, que supere a la de alguien cuya capacidad innata es mayor.

Los tips para combatir la baja autoestima respecto de la inteligencia

  • Recuerda que no hay una inteligencia: hay muchos tipos de inteligencia.
  • Desarrolla aquella faceta de tu inteligencia en la que eres mejor.
  • Esfuérzate por mejorar aquellas habilidades que no has desarrollado.
  • Cree en ti; antes de intentar cualquier cosa repítete: “lo puedo hacer”.
  • Busca la parte bonita de aquellas cosas que se te dificultan.

Impacto de la baja autoestima y tu relación con los hombres

Una de las cosas que más atrae a los hombres de una mujer es la coquetería. El coqueteo de alguna manera es mostrar al hombre que tienes algo bonito. Parte del juego de la seducción implica seguridad. Cuando nuestra autoestima es baja, se nos hace casi imposible coquetear porque no nos consideramos suficientemente atractivas.

Autoestima y relaciones de pareja

Quién no tiene una amiga que dice: “Yo tengo mala suerte con los hombres”, “A mí todos los hombres me dejan” o “A mí todos los hombres me ponen los cuernos”. Lo cierto es que hay poca gente que haya tenido exclusivamente experiencias positivas con sus parejas. Unas veces dejamos y otras nos dejan, así es la vida, el problema es cuando sólo recuerdas los fracasos y les das más importancia de la que merecen.

Cuando nos dejan, tendemos a pensar que es porque hicimos algo mal o porque no somos suficiente para esa persona. En el momento en que empezamos a mandarnos mensajes internos de que no somos suficientemente atractivas (en cualquier sentido) para nuestra pareja, golpeamos nuestra autoestima. De las relaciones anteriores debemos aprender, pero nunca asumir que lo que nos pasó con una pareja sucederá con otra y, sobre todo, que si nos dejan es porque no somos suficiente. La relación de pareja es cuestión de dos y, obvio, ambos podrían haber hecho las cosas mejor. Pero volvamos a la amiga, quizá este tipo de mujer haya tenido mala suerte una vez, pero tras la ruptura, en vez de empezar desde cero, conserva toda su experiencia y cree que la siguiente relación también se irá a pique. Al iniciar, debemos ser conscientes de que estamos con una persona distinta, y, por ello, hay que darle las mismas oportunidades que al primer hombre con el que salimos.

Cómo detectar que tienes una baja autoestima en tu relación con los hombres

  • Crees que no eres lo suficientemente bonita para tu pareja.
  • Piensas que tu pareja se merece a alguien mejor.
  • Tienes celos de todas las mujeres.
  • Haces cosas que no te gustan con tal de complacerlo.

Realiza el siguiente test. Te ayudará a verificar el estado de tu autoestima general, y el de la de las distintas facetas de tu personalidad. Esto es sólo una orientación, un psicólogo es quien mejor te puede ayudar a evaluar tu autoestima.

¿Cómo está mi autoestima?

¿Quieres saber cómo anda tu autoestima, en qué facetas de tu personalidad es baja y en cuál es alta?

Elige una sola opción, la que mejor refleje tu forma de pensar respecto de cada pregunta.

1. Eres invitada a una fiesta fresa y tienes que ir por compromiso. Entras y te sientas en una mesa donde te descubres rodeada de modelos. Todos te miran con insistencia. ¿Qué piensas?
a) Seguro me miran porque soy la feíta de la mesa.
b) Me pusieron en la mesa de los guapos, ¡soy la envidia de la fiesta!
c) Menos mal que no soy tan alta como estas mujeres, no podría llevar tacones.

2. Ves a alguien del sexo opuesto, es muy atractivo y te gusta. ¿Qué piensas?
a) No vale la pena acercarme. No se fijará en mí, mis amigas son más bonitas y yo tengo un grano en la nariz.
b) Me pregunto cuáles serán sus aficiones, para así tener algo interesante que decirle.
c) En cuanto me acerque, seguro iniciamos una buena conversación; el resto será más fácil.

3. Tu pareja te deja y te dice que ya no te ama...¿En qué piensas?
a) Lo hizo porque no soy suficiente para él. Nunca encontraré a alguien que me ame.
b) Me entristece que terminara nuestra relación, pero hay que seguir adelante.
c) A la larga, él se la pierde.

4. Has reprobado un examen. ¿Qué piensas?
a) No sirvo para nada.
b) Debí estudiar más.
c) Qué mala suerte, no me preguntaron lo que sabía.

5. Tienes una entrevista de trabajo y, tras el proceso de selección, te dicen: “Lo sentimos mucho pero el puesto ya fue ocupado”. ¿Qué piensas?
a) Sabía que no obtendría el puesto, no soy lo suficientemente inteligente.
b) Soy inteligente, quizá mi perfil no se adaptó a las características del puesto. Debo intentarlo más en otras compañías.
c) No saben la oportunidad que perdieron al no contratarme.

6. Estás en una comida familiar, todos en la mesa hablan a la vez. Tu papá quiere decir algo, te mira y te pide guardar silencio. ¿Qué dices?
a) Siempre me callan a mí, no al resto.
b) ¿Por qué me callas a mí papá? Todos estábamos hablando.
c) Yo estaba hablando antes que tú, ¿me dejarías terminar?

7. En una fiesta, un amigo de la familia te pregunta si quieres participar en un concurso de baile. Te encanta la idea, pero tu madre, quien escuchó, interviene: “Su hermana mayor tiene mejor ritmo”. ¿Qué haces?
a) Dices: “Sí, soy muy torpe, mejor invita a mi hermana”.
b) Aceptas y dices entre risas: “Tomaré clases para mejorar los pasos de baile”.
c) Piensas: “Siempre supe que alguien vería mi talento oculto, seguro que podemos ganar el concurso”.

8. Estás en una reunión con amigos, uno saca un juego de mesa en el que se mide la inteligencia. ¿Qué piensas?
a) ¡Oh, no!, no acertaré ninguna respuesta, todos sabrán lo tonta que soy.
b) Soy mala para los conocimientos de memoria, pero al menos aprenderé un poco.
c) Seguro que sé la mayoría de las respuestas.

9. Estás en una boda familiar. El padre del novio pide que alguien baile con él, te mira y te señala. Tu acompañante dice: “Ni se te ocurra, con lo mal que bailas”. ¿Qué piensas?
a) Tiene razón, mejor no hacer el ridículo, soy pésima bailando.
b) Me levanto a bailar para que no piense que lo rechazo.
c) Quizá aprenda algo de baile; esto es una fiesta, al menos la pasaré bien.

10. Amas a tu novio con locura, pero él llegó una hora tarde a la cita. Cuando le preguntas la razón dice que no quiere dar explicaciones y que si insistes se marcha. ¿Qué haces?
a) No le dices nada y cambias de conversación, lo último que quieres es que se vaya.
b) Le preguntas: “¿Cómo te sentirías si yo te respondiera de la misma forma?”
c) Le dices: “Me debes una explicación por llegar tarde, no te mereces estar conmigo y te vas”.

11. Tu novio te confiesa que te fue infiel. Dice que se arrepiente y que te ama sólo a ti. ¿Qué haces?
a) Nada, esperabas que te fuera infiel, hay mujeres mejores que tú para él.
b) Dudas, te preguntas qué pasó para que te fuera infiel. Como está arrepentido, si lo puedes perdonar podría volver a funcionar la relación. Necesitas pensar antes de tomar una decisión.
c) Terminas con él, a ti nadie te pone los cuernos. No te merece.

12. Tienes cinco kilos de más, un poco de pancita y has quedado con tus amigas y amigos en ir a Acapulco. Deberás ponerte traje de baño. ¿Qué haces?
a) Les dices que no quieres ir para evitar que te vean en traje de baño.
b) Te compras un pareo, te lo pones a la cintura para que resalte tus curvas, tu pecho y disimule la pancita.
c) Te pones un bikini con tanga, nada evitará que tengas un bronceado intenso.

Cómo analizar la puntuación

 

Antes de seguir, recuerda que este test es una ayuda para que identifiques algunas áreas a reforzar; aquí no se incluyen todas.

Respuestas
• Si respondes a, añade un punto (corresponde a una autoestima baja en esta faceta).
• Si respondes b, añade 2 puntos (corresponde a una autoestima adecuada).
• Si respondes c, añade 3 puntos (corresponde a una autoestima demasiado alta).

 

Ahora vas a evaluar cómo estás en cada una de estas facetas.

Si de las 3 preguntas por cada faceta puntúas de 3 a 5 puntos, tu autoestima es baja. Si puntúas de 6 a 7, tu autoestima es adecuada. Y si te da una puntuación de 8 a 9, tu autoestima en esta faceta puede ser demasiado alta y te puedes confiar.

Cuando acabes de contar los puntos, pon una X en la categoría donde hayas quedado, así podrás ver qué áreas de tu autoestima están más bajas. Si en la mayoría de ellas es baja, o muy alta, plantéate ir al psicólogo.

Lo que no debes olvidar de la autoestima

  • Conócete a ti misma, identifica tus cualidades y defectos. Analízalos y observa cómo puedes fortalecer a las primeras y mejorar los segundos, pero no busques la perfección.
  • Nunca predigas resultados negativos, ni creas que no eres lo suficientemente buena para algo.
  • Cada vez que intentes algo, repite: “Puedo hacerlo, aquellas cosas que sé hacer me ayudarán a sobresalir del resto, y lo que aún no sé lo aprenderé.”
  • Soy un ser único, no soy perfecta y sé que necesito aprender a identificar aquellas áreas en las que puedo mejorar.
  • No minimices los halagos ni magnifiques las críticas.
  • Recuerda que eres irrepetible, así que quiérete mucho; si no lo haces, nadie lo hará.

Biblografía

 

Libro: Pregúntale a Silvia...Los secretos de Eva.

Silvia Olmedo

Editorial Aguilar

México, 2009

Págs. 44 - 60

 

 

Escrito por Silvia Olmedo

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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