Muchas mamás batallamos con este problema cotidianamente. Lo primero que pensamos es una de dos: o los obligamos a ingerir la comida, o los dejamos sin comer. Los expertos afirman que ninguna de dichas estrategias es adecuada. Aquí te dejamos algunos consejos para atender esta situación.
Eliminar del ambiente factores que pueden generar que el pequeño se distraiga. Desde la televisión y los juguetes a los hermanos o los amigos. Todo esto puede usarse luego como pequeños "premios" por haber comido correctamente. Dicho esto, también es cierto que muchos padres y madres emplean el «recurso de la distracción» para que los niños coman: canciones, juegos, etc. Esto dependerá de cada niño... ¡y de la capacidad de cada adulto para lograr que sus "trucos" sean efectivos!
Usar la creatividad: con poco de ingenio, se pueden decorar los platos para que sean más atractivos a la vista... y se conviertan así en más apetitosos. Esto ayudará a que el niño asocie la hora de la comida con un momento agradable.
No regañarlo excesivamente ante actitudes inapropiadas, pero sí elogiarlo y exteriorizar la alegría ante sus avances y su buena conducta.
Si cuando todavía es muy pequeño (sobre todo durante el primer año o poco más) quiere tocar los alimentos con las manos, hay que dejar que lo haga. Es una etapa de exploración y descubrimiento. Luego él mismo querrá empezar a usar utensilios y recipientes, a medida que vaya desarrollando su sentido de la independencia.
Fuente: Eroski