Bienestar

Mis piernas inquietantes

• Aproximadamente entre 5 y 10% de la población adulta tiene síntomas de Síndrome de Piernas Inquietas (SPI)
• Disminuye la calidad de vida por la incapacidad para conciliar el sueño

Estudios epidemiológicos estiman que aproximadamente entre el 5 y el 10% de la población general adulta experimenta síntomas del síndrome de piernas inquietas (SPI) con alguna frecuencia o grado de severidad, la prevalencia varía por región, siendo menos frecuente en las poblaciones asiáticas.
La Dra. Gloria Llamosa, neuróloga clínica, dice que es un padecimiento un poco más frecuente en las mujeres. Entre otras razones por deficiencia de hierro, que puede verse durante el embarazo y en presencia de menstruaciones abundantes.

Se conoce como un trastorno neurológico crónico al síndrome de las piernas inquietas (SPI), y se caracteriza por una necesidad irresistible de mover las piernas, generalmente acompañado por sensaciones molestas en lo profundo de éstas.

La urgencia de mover las piernas o las sensaciones desagradables se originan durante el reposo o la inactividad, aliviándose  parcial o totalmente con el movimiento (cuando menos mientras el movimiento continúa).

“Lo desagradable de este síndrome es que empeoran en la tarde o por la noche, justo cuando las personas dejan sus labores cotidianas para descansar y dormir. Por lo que los síntomas pueden afectar profundamente la capacidad para conciliar y mantener el sueño. De hecho, las alteraciones del sueño son frecuentemente el motivo principal por el que los pacientes con este trastorno acuden al médico”, revelo la Dra. Llamosa.

Por lo que el SPI deteriora significativamente la calidad de vida relacionada con la salud, pues el efecto negativo sobre ésta se deriva parcialmente de la alteración del sueño.

Muchos pacientes con síndrome de piernas inquietas presentan síntomas vespertinos y al anochecer, reduciendo la eficiencia del sueño y afectando el funcionamiento diurno. Así también, se ha reportado que las alteraciones del sueño causadas por los síntomas del SPI pueden tener un impacto directo en la tensión emocional y disminuir el estado de alerta emocional.

Los datos de diferentes estudios sugieren que los individuos con SPI, sí acuden al médico a causa de los síntomas; sin embargo, el SPI parece estar sub-diagnosticado y deficientemente tratado. Esto puede ser causado por la dificultad que experimentan los pacientes para describir los síntomas y porque consultan a especialistas de diversos ramos.

En cuanto a la sintomatología, la Dra. Gloria Llamosa, explica que éstos suceden durante el descanso, siendo más frecuentes por la noche, aunque si la persona descansa por la tarde también los tiene. De ahí que existen 4 criterios de diagnóstico:

1.- Mover las piernas acompañado o causado por una sensación molesta y desagradable.
2.- Estas sensaciones inician o empeoran cuando el paciente esta descansando, inactivo, particularmente cuando se está acostado pero también puede ser cuando esté sentado.
3.- El impulso de mover las piernas se alivia o disminuye con movimiento como: caminar, estirarse, tallarse las piernas, pero si deja de mover las piernas (habitualmente las piernas, pero también pueden ser los brazos), la molestia  regresa.
4.- Ocurre con mayor frecuencia por la tarde o noche.

Existen dos tipos de SPI, el primario y el secundario, esté último está asociado con algún otro padecimiento subyacente, como la enfermedad renal terminal, el embarazo o la deficiencia de hierro y por lo general cesa cuando se resuelve la enfermedad o la condición de base.

En el SPI primario aún no se ha confirmado la etiología, pero se han encontrado evidencias respecto a los papeles que desempeñan la dopamina (neurotransmisor derivado de la dopa que actúa en los ganglios basales del cerebro), el hierro y factores genéticos.

Asimismo hay evidencia de la presencia de factores genéticos, pues  estudios han demostrado que entre el 40% y 60% de los pacientes con SPI reportan cuando menos un familiar de primer grado con esta enfermedad y los antecedentes familiares positivos son considerados un factor que refuerza el diagnóstico de SPI. Se están realizando diferentes estudios para determinar cuales son los genes involucrados en este padecimiento.

En cuanto a  tratamiento para el síndrome de piernas inquietas SPI, Ropinirol es el primer medicamento aprobado por la FDA (Agencia reguladora de alimentos y medicamentos de los Estados Unidos), que ha demostrado en estudios  eficacia para aliviar de manera significativa los síntomas de SPI primario de moderado a severo.

La aprobación de Ropinirol de GlaxoSmithKline (GSK) para el SPI primario de moderado a severo fue precedida de un extenso programa de estudios clínicos. Como parte de dicho programa, se evaluó la eficacia y seguridad de medicamento en cuatro estudios pivote de 12 semanas que comprendieron aproximadamente a 1,000 pacientes con SPI primario de moderado a severo.

La Dra. Gloria Llamosa explica que se ha estudiado un defecto en el transporte de la dopamina en relación a esta enfermedad, y que sustancias como Ropinirol sirven para que la dopamina funcione mejor, en dosis muy pequeñas empleado lentamente a veces puede ser la solución. Siempre considerando que se tiene la seguridad de que no hay ninguna otra causa que origine este malestar.

Cabe destacar que al ser una enfermedad no muy difundida y mal diagnosticada, es importante  acudir con el especialista.

Así también, la Dra. Gloria de Lourdes Llamosa, dice que es muy importante que el médico conozca perfectamente a su paciente, ya que el diagnóstico es básicamente clínico y se hace mediante el interrogatorio, de ahí lo importante de  escuchar lo que refiere el paciente.

Escrito por Adriana Espinosa Cano, Vifac
018003622207 www.vifac.org

Fotografía de joaquim mute (http://www.flickr.com/photos/21487741@N05/2089282651/)

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