Pareja

Ni complemento, ni media naranja…

nicomplementonimedianaranja2Escrito por: Maricarmen Díaz Juárez

Me gustaría que imaginaras por un instante esta situación. Una mujer, como diría Arjona, de las cuatro décadas, divorciada o separada, con hijos o pre-adolescentes o ya muy instalados en la pubertad. Con un trabajo estable y preparada profesionalmente. Inteligente y romántica en la espera de un príncipe azul.

Si éste puede llegar a tocar a su puerta mucho mejor, jajaja. Una mujer aún joven con el sueño y el deseo de encontrar un compañero de vida.
Claro que sabes perfectamente que la manera de conseguir un hombre en tu vida hoy, nada tiene que ver con la forma en que éste llegó hace años, en tus años mozos. En aquellas épocas fue un proceso natural, espontáneo sin mucha presión. Normalmente el sujeto provenía de tu mismo círculo social, conocido de un conocido, el primo de un amigo o del entorno laboral. Era perfectamente visible y se compartían lugares comunes. Lo difícil pudo haber sido, manejar la clásica presión social con la también clásica pregunta: ¿para cuándo se casan? Una vez superado el proceso, llegaba el típico y vivieron felices para siempre. ¿Y cuándo despertaste?
Al despertar te encontraste sola, sentimentalmente hablando. Porque ni como negar al o los pequeños- y ni tan pequeños- que se han quedado a vivir contigo. Llevarlos a la escuela, hacer el súper, ir a las juntas escolares, la cita con el médico, atender a sus necesidades cotidianas y un etcétera, que estoy segura no tengo que detallar más. Definitivamente, sola no estás. Lo evidente es que no hay un hombre a tu lado, una pareja, un compañero con quien reírte y compartir las cosas simples de la vida. Hoy, tienes claro que no quieres a esa persona para que sea el proveedor, el padre de tus hijos, el abuelo de tus nietos, quien te saque del apuro cuando tu coche se descompone. Mal que bien, tú eres soporte económico, tus hijos ya tienen un padre y has encontrado un mecánico maravilloso para cualquier desperfecto de tu auto. Pero valdrá la pena preguntarse: ¿qué tipoNo se trata de lo que haces, sino de lo que eres, pero más aún ¿de si amas la mujer que eres? de hombre quisiéramos que llegara a nuestra vida?
Creo que sería interesante plantear cuál es el panorama que enfrentamos. Estamos acostumbradas a escuchar, por ejemplo en las canciones, que somos el aire que otro respira, que los demás son nuestro complemento, que sin el otro no vale la pena vivir, etc. La mayoría de los mensajes van en la línea de la presencia indispensable del otro en nuestras vidas para tener permiso de vivir a plenitud. Crecemos con la idea romántica de que cuando encontremos al ser amado, todo será un maravilloso cuento de hadas, con castillos y princesas. Nuestra vida será mágica.

Mi intención no es ser pesimista, aunque así lo parezca. Tampoco que las mujeres suplan a los hombres con un tamagochi, una cubeta de palomitas acarameladas o un perrito de alguna raza versión mini-toy, jajaja. Ni pensar que no los necesitamos absolutamente para nada, que somos totalmente independientes. Entonces, por fin, ¿los necesitamos o no? Tal vez ahí está el tema. Es muy distinto necesitar de una relación, que anhelar una pareja. No es lo mismo compartir mi felicidad contigo, que ser tu felicidad. No ser el complemento, sino una mujer completa. Completa con todo lo que fui y con todo lo que soy ahora.
Una vez que se comprende que lo mejor que tengo es esta versión de mi misma, se deja de buscar por buscar. El secreto es una mirada profunda al interior. Luchar por el amor a nosotras mismas, no descansar hasta conocernos realmente. Sé que muchas me podrías decir: claro que me conozco, sé que soy ordenada, el ejemplo ideal de ama de casa, la perfecta ejecutiva y la madre modelo. No se trata de lo que haces, sino de lo que eres, pero más aún ¿de si amas la mujer que eres?
El secreto para encontrar al hombre de tu vida, al jefe de tus sueños, al amigo incondicional y a todas las personas que deseas atraer a tu vida es la conquista de tu propio interior. Una mirada a tu historia, que te regale todo lo que te hace valiosa y maravillosa. Todos tus recuerdos, todos los esfuerzos y todas las experiencias que te dicen lo que hay y dejes de concentrarte en lo que se fue y ya no está. Una mujer completa que no busca más mitades, sino hombres también completos para una relación de vida.

Escrito por: Maricarmen Díaz Juárez

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