Bienestar

¿No quieres resultar herida?

La decisión de no involucrarse demasiado para no resultar heridos, en las personas con apego evasivo, resulta contradictorio; pues no aceptar su deseo oculto de intimidad, también causa dolor.

Amélie (Audrey Tautou) narra la historia de una tímida joven que un día decide cambiar la vida de las personas con pequeños gestos, pero siempre desde la distancia. De pequeña no recibió muchas muestras de afecto; siendo lo más cercano las revisiones médicas de su padre.  Amélie tiene dificultades para entablar relaciones, no tiene novio porque sus intentos la desanimaron y cuando conoce a Nino, no se atreve a acercarse directamente.

Las personas con un estilo de apego evasivo tienen miedo a resultar heridos, por lo que prefieren alejarse. De acuerdo con una investigación de la Universidad de Tel Aviv, dirigida por la doctora Sharon Dekel, un apego evasivo suele derivar de una relación con los padres que mostraron poca o demasiada atención a los hijos en su niñez. De forma que han desarrollado una especie de mecanismo de defensa que consiste en no esperar de los otros,  para no ser decepcionados, y no permitir involucrarse íntimamente.

La evasión se puede presentar en dos formas: temerosa o desdeñosa.  Aquellos que son temerosos desean esos lazos más íntimos, pero desconfían de las personas; por lo que sus avances alternan entre buscar la cercanía y alejarse cuando cree que se ha aproximado demasiado, porque piensa que será rechazado. Mientras que los desdeñosos, se dicen que están bien consigo mismos y no requieren de los demás; la necesidad de otra persona es vista como signo de debilidad e incluso se muestran agresivos para mantener distancia.

Son personas que tienen dificultad para expresar sus emociones, lo que a veces puede llevar a síntomas físicos para las emociones que no logran externar.  A menudo orientados por las exigencias de los padres hacia el perfeccionismo, temen la desaprobación y suelen tener baja autoestima, especialmente los temerosos. Evitan ser espontáneos, pues están decididos a mantener la imagen de sí mismos que consideran apropiada.

No es raro que las personas con un apego evasivo antepongan su trabajo a las relaciones,  probablemente destacándose en áreas que no requieren trabajo en equipo.  Sin embargo, no logran sentir la misma satisfacción que sentiría alguien con un apego seguro. Pues a fin de cuentas, enfocarse en el trabajo se convierte en una forma de evadir.

Es difícil que la persona con apego evasivo busque ayuda, incluso si siente que la necesita.  Su resistencia a buscar vínculos profundos, le impedirá disfrutar plenamente de las relaciones. Es por ello que a veces resulta necesario hacerles notar que no está mal pedir ayuda.

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