¡
Escrito por: Gaby Vargas
Los problemas que el viernes me acompañaban, pasaron a segundo plano; el festejo con los amigos parece esconderlos, incluso atenuarlos. Me siento bien.
En el camino pienso que si de joven me hubieran preguntado: “¿Qué necesitas en la vida para sentirte realmente bien?”, es probable que de inmediato hubieran poblado mi mente los asuntos prácticos y fundamentales: tener salud, un techo seguro, un trabajo que disfrute y me dé para vivir con cierta comodidad y uno que otro lujo. Sin embargo, me percato de que hay un tema que es más relevante de lo que puedes pensar: relacionarte bien con los demás. Y no es sólo la “gran” relación la que cuenta: la persona que está frente a ti, también.
Además, soy consciente de la opresión que siento en el pecho o del pellizco en el estómago cuando estoy molesta o cuando me he portado mal con alguien de alguna manera. Y por más que trato de acallar ese malestar, de ignorarlo, siempre encuentra una salida, ¡hasta en mis sueños! Y aunque no quiera me provoca malestar, desasosiego. O bien, ¿te ha pasado que después de estar con alguna persona te quedas deprimido y exhausto?
Investigo qué hay sobre este tema y me encuentro con la opinión del doctor Michael Roizen: “Aunque por años los científicos desacreditaron el efecto que las relaciones sociales tienen en nuestra salud, diversos estudios han confirmado la importancia de las conexiones sociales sanas para prolongar la vida, reducir el estrés y fortalecer el sistema inmunológico”, y añade: “Ser sociable no es frivolidad, es vital para tu salud y tu juventud. Puede hacer que te veas de 2 a 30 años más joven.”
Lo cierto es que todo en la vida está conectado con nuestras relaciones: los compañeros, la pareja, los hijos, los amigos, el jefe, la cajera del súper, los maestros… Y la oportunidad de reforzarnos unos aConforme te relacionas mejor, tu sentido de bienestar cambia. Y la persona ideal para comenzar eres tú misma. Al quererte, otros te quieren. Todo en la vida se conecta intrínsecamente y cada palabra y acto tuyo altera el momento que sigue
otros o hacernos la vida miserable también está ahí, tanto en una relación a largo plazo, como en
pequeños encuentros.
Cómo y con quién te relacionas afecta directamente tu bienestar
En el día a día, la vida se encarga de darnos lecciones a través de los demás. Cada conflicto con el que nos topamos, nos reta a elevar nuestro potencial para ser mejores personas. Y también nos muestra dónde estamos en cuanto a madurez y a desarrollo.
Si con frecuencia te encuentras quejándote y criticando a otros —que tu abogado no te representa bien, que tu pareja es aburrida, que el técnico es un inepto—, sería bueno revisar qué tipo de energía emanas tú, que se espejea de regreso. Porque como el agua busca su nivel, nuestra energía se siente a gusto con otra semejante. Gravitamos hacia lo similar.
Todos hemos comprobado que conforme te relacionas mejor, tu sentido de bienestar cambia. Y la persona ideal para comenzar eres tú mismo. Al aceptarte, otros te aceptan. Al quererte, otros te quieren. Todo en la vida se conecta intrínsecamente y cada palabra y acto tuyo altera el momento que sigue.
Así que para sentirte realmente bien no basta tener un techo, comer frutas y verduras todo el día o trabajar en lo que te gusta. Igual de importante es tener muchos amigos, una vida en pareja estable y divertida, involucrarte en actividades altruistas y ser amable con el mundo; en resumen, relacionarte bien es lo que hará no sólo que te mantengas más joven, sino que experimentes el verdadero bienestar de la vida.
Escrito por: Gaby Vargas
Autora del libro Primero Tú de Editorial Aguilar Santillana
