Todos tenemos un termostato interno con el cual regulamos la temperatura de nuestro cuerpo. Cuando nos da calor, abrimos las ventanas y nos quitamos la chamarra. Cuando baja la temperatura, nos ponemos una sudadera y cerramos las ventanas. La zona de confort es el rango de temperatura en que no está ni demasiado caliente ni demasiado frio; es decir, confortable.
Aplicado a la vida, tu “zona de confort” personal es donde estás cómoda con lo que estás haciendo en tu trabajo, tu vida y tus experiencias. Es donde no tienes sentimientos de riesgo o ansiedad. Algunos le llaman “estar cómodo”. Otros le llaman “rutina”.
Nuestro termostato interno regula nuestro nivel de ansiedad, miedo o incomodidad. Cuando uno se mueve de los límites normales y existentes de nuestro conocimiento, habilidades, hábitos y actitudes, nos empezamos a sentir ansiosos.
Por ejemplo, dobla tus brazos por los codos. Ahora, dóblalos hacia el otro lado. ¿Cómo te sentiste?, como que no es natural, ¿verdad? Es por eso que generalmente nos quedamos en nuestra zona de confort. Cuando tratamos algo nuevo, nos sentimos incómodos y frecuentemente nos retraemos.
La seguridad se siente bien.
El problema con esto es que el conservarnos en la zona de confort puede ser muy limitante.
El mundo pasará a nuestro lado mientras estamos quietos. La complacencia, en estos tiempos tan competitivos, puede ser fatal en un negocio y en nuestra vida personal y de pareja y puede limitar el crecimiento personal y profesional. Si no estás aprendiendo, trata nuevas cosas y crece, de lo contrario tu vida, tu relación, tu trabajo o negocio se pueden estar deteriorando.
¿Cómo expandes tu zona de confort?
Antes de lanzarte al ruedo tomando riesgos, trata algunas cosas simples.
Cambia de ruta a casa. Haz el supermercado en una tienda diferente. Ordena algo del menú que nunca hayas comido. Duerme del otro lado de la cama. Experimenta conscientemente.
Permítete sentir cómo la adrenalina se levanta levemente. Permite que nivel de ansiedad se eleve. Siente que tu corazón y respiración se aceleran. La adrenalina es la droga natural del cuerpo que, con moderación, nos vuelve agudos, creativos y rápidos. Crea la sensación de excitación que viene al hacerLa complacencia, en estos tiempos tan competitivos, puede ser fatal en un negocio y en nuestra vida personal y de pareja y puede limitar el crecimiento personal y profesional algo nuevo. Reconoce que también puede dar temor o stress.
Algo de stress es útil. Mucho puede ser dañino.
¿Por qué querrías salir de tu zona de confort e incrementar tu stress? Porque es ahí donde el crecimiento se da. Así como un músculo se vuelve más fuerte con el ejercicio extra, también nosotros crecemos cuando nos salimos de la rutina. Y, como los músculos, una vez que los desarrollamos más allá de nuestras capacidades actuales, no regresan a sus dimensiones originales.
Al tratar cosas nuevas, ganamos confianza. La confianza nos hace sentir poderosos y bien. Y cuando tenemos confianza de que podemos manejar nuevas ideas, nos permitimos tratar más nuevas ideas.
¿Cuál es el límite?
Obviamente, tenemos que ser realistas y administrar nuestros riesgos. La mayor parte de la gente exitosa toma en cuenta las posibles consecuencias de tomar riesgos. Entonces se preparan para manejar cualquier efecto colateral que se pueda dar. Las gentes exitosas toman riesgos, pero no a lo tonto. ¿Cuáles son esas actividades de alto nivel que puedan aportar crecimiento personal y profesional?
Aquí el reto.
Haz una lista de 50 cosas que, si las haces realmente bien, serás una mejor persona o tendrás un mejor desempeño en el trabajo.
Cosas como:
Da un discurso.
Escribe y publica un artículo (en DulceSofía, por ejemplo).
Empieza un programa de ejercicios.
Medita diariamente.
Enseña, da una clase.
Dale de comer a un indigente.
Sé voluntario.
Escala una montaña.
Aprende a tocar un instrumento.
Toma clases de baile.
Busca esa promoción.
Y más…
Ahora, escoge una o dos que quieras hacer en los próximos 90 días. Programa estas nuevas actividades y hazlas. Después escoge una o dos más y vuélvelo a hacer.
Haz del crecimiento personal y profesional un hábito de por vida.
No te estaciones en tu zona de confort.
Escrito por: Carlos Segura
Coach Ejecutivo
