Es común que las primeras semanas de hacer una dieta veamos los efectos y nos sintamos motivados. Sin embargo, al pasar los días, a menudo llega un punto en que la báscula parece estancarse y la pérdida de peso se vuelve lenta. Es en esta etapa de la dieta en que la mayoría de la gente abandona la dieta. No permitas que te pase.
Las causas de esta etapa son variadas, puede tener relación con nuestro metabolismo, la hora en que hacemos ejercicio o que estemos siendo más flexibles respecto a la dieta. Lo primero para poder vencerla es descubrir las causas de la meseta. Para hacer esto una recomendación es llevar un registro de absolutamente todo lo que estás comiendo y las cantidades respectivas, así podemos averiguar si estamos picoteando entre comidas o si estamos aumentando las porciones sin darnos cuenta. Si hay está la causa de tu meseta, reducir el tamaño de las porciones puede ser la solución.
Expertos de la Asociación Latinoamericana de Salud y Actividad Física, señala que una excelente alternativa para superar esta etapa, es incrementar la actividad física. Haz más ejercicio, o al menos diversifica los ejercicios. Si estás haciendo una actividad física constantemente, tu cuerpo se está acostumbrando y el esfuerzo para realizarlo es cada vez menor, por lo que necesitas cambiar el ritmo, el tiempo o la actividad para que quemes más calorías.
Otra de las causas de la meseta puede estar en nuestro estado mental y emocional, si estamos estresados, con problemas o descansando poco, no prestaremos suficiente atención a nuestro plan para adelgazar y no lo llevaremos a cabo de forma eficiente. Concéntrate en los puntos positivos de tu plan y no lo veas como una tortura, organiza tus tiempos para comprar, cocinar y comer de forma que no dejes al azar tu plan. Con un poco más de planificación y atención puedes vencer la meseta y seguir perdiendo peso.
