En diciembre hay algo especial que nos lleva a abrir nuestros corazones y hablar de nuestras cosas con personas con las que nunca antes habíamos hablado, y puesto que son desconocidos no tenemos miedo de que al hablar nos estén juzgando mal.
Diciembre es un mes difícil para aquellas que están solas, o que piensan que lo están. Cuando estamos sumidas en ese mundo de soledad en el cual creemos que nadie nos entiende, y no le importamos a nadie, nos encontramos con personas que nos hablan con palabras sabias, palabras que nos llenan el alma.
Por ejemplo, aquí en Internet nos hablamos y decimos las cosas tal como las pensamos, aún sin conocernos. Aquí estoy yo, y tú allá, cada cual en su computadora, podemos hablar tal cual somos y pensamos, con nuestras virtudes y defectos. Y aunque no sea perfecta, sé que tú me escuchas, me alientas y puedes ser mi confidente.
Anoche en mi cuarto me he puesto a pensar en todos, en todo cuanto nos rodea, en lo que no nos tiene contentas, e incluso pensé en mí misma…
Muchas veces no somos felices, no estamos haciendo lo que nos gustaría, en nuestras vidas hay vacíos que son difíciles de llenar, y quizás te acuestes pensando que te gustaría tener otros brazos acariciándote, que sean otros los ojos que te miren, otra boca la que te susurre palabras de amor… pero ahí estás, con tu vida, con tu elección, porque nadie nos impuso a ese ser que está en nuestra vida pues nosotras mismas lo escogemos.
Yo me pregunto… ¿tú qué crees que piensa la otra persona? Quizás lo mismo que tú… pero ahí está, junto a ti, por elección.
Me gustaría hablar de temas que nos saquen de esta vida que tenemos, que sea algo nuevo y renovador, que nos vuelva a hacer soñar, a tener esperanzas en que el mundo puede ser un lugar mejor si ponemos de nuestra parte, que cada día podemos ser mejores, que si ponemos un granito de arena, nuestro mundo será más radiante.
Soñemos que somos felices, que tenemos lo que habíamos deseado para nuestra vida, revirtamos todo lo malo para hacerlo más positivo; por ejemplo, soy feliz con nuestra amistad, me encanta que me cuentes tus historias, me río y lloro al leerlas. Esas emociones dependen del correo que lea, pero creo que nos sentimos felices de saber como son nuestros días, escribir para ti es expresar el amor en palabras pequeñas y sencillas para que la sientas y se queden en tu pensamiento.
Escribirte a ti, es mostrarte el paraíso terrenal, la naturaleza de los astros, las aves en su vuelo, así quisiera correr hacia ti cuando me dices que me necesitas, que lo que escribo te hace falta.
Me gustaría poder volar y abrazarte, decirte que todo está bien. Deja que las penas fluyan y da paso a ese momento de ensueño que te estoy hablando.
Escribirte a ti… es sentir el clamor del ser humano en la convivencia diaria, es acercarme a ti, sin que apenas lo notes. A veces no sabemos amar o dar amor por temor a ser rechazadas por diferentes circunstancias, ¿tú crees que no puedo quererte si no tienes cierto estatus? Error grave, ¿no sabes que el cariño no se compra ni se tranza?
Piensa que estamos juntas en este camino, por eso quiero que seas una buena persona. Tratemos de olvidar a quien nos ha ofendido, aprendamos a perdonar, porque bien dicen por ahí que Dios siempre perdona, el hombre a veces, y la naturaleza nunca. En algunos años nuestro cuerpo ya no será el mismo, porque el tiempo cobra sus cuentas, se gastará nuestro cuerpo, mas nuestros sentimientos permanecerán intactos, porque somos amigos, y los amigos todo se perdonan, y se quieren sin condiciones, sólo porque sí. Y cuando ese sentimiento es verdadero es para siempre.
¡Piensa en cuanto nos queremos, piensa en la alegría de vivir! Piensa en todo los sueños que tenemos que realizar. Si pienso en ti y reflexiono… ¡ya no hay soledad!
Amigas, por este tiempo cambiemos de actitud, tratemos de hacer que nuestras penas se conviertan en alegría para los demás, intentemos dar de lo que poseemos a quienes más necesitan, no pensemos en lo que podemos recibir, sino más bien en lo que podemos dar.
“Amor”, esa palabra lo encierra todo, regalemos amor y amistad, lloremos juntos cuando un amigo ha partido de esta vida, pero también alegrémonos porque sigue acompañándonos en nuestro corazón. Mientras permanezca en tu corazón jamás morirá para ti… así es la amistad. Como esta amistad que siento por ti, no importa que distancia haya entre tu vida y la mía, estás en mí, te siento aquí conmigo, sé que me estas leyendo, y eso me hace sonreír, y quizás hasta logre alegrar tu día.
Te quiero, simplemente te quiero así… como eres. Sin palabras rebuscadas, si me detengo a escribirte, o crearte una postal o escribirte un artículo, es porque te quiero. Y sé que pude darte palabras de aliento que apenas percibiste, el tiempo puede pasar y llevarse muchas etapas de nuestras vidas, pero amigas, sigo con vida, respirando el mismo aire que ustedes, nada puede borrar nuestra amistad porque estamos unidas, aún sin haberte visto nunca, nos queremos, nos necesitamos, trataré de llenar un poco tu vida para que tú llenes la mía, nunca te sientas en soledad, yo estoy aquí, y siempre estaré en tu correo, respondiendo a tus necesidades.
“Paz” y “amor”, son palabras de tres y cuatro letras pero son las más significativas en nuestras vidas. Si no tenemos paz con nosotras mismas… no perdonamos; el rencor se apodera de nosotras, no buscamos reconciliación y ambicionamos bienes materiales que otros tienen. Es difícil conseguir la paz interior y el amor al mismo tiempo, cada una de nosotras es un pequeño mundo, pero si tenemos paz hemos ganado el amor que tanta falta nos hace.
Amiga, tú que estas allí, triste por la lejanía de un ser querido… y tú que estás en depresión porque esta Navidad no estarás con quien deseas estar… pide un deseo, pues ¿te he dicho que la Navidad es milagrosa?
Créeme, cierra los ojitos y piensa con todo tu corazón lo que deseas, nunca se sabe qué nos traerá la marea mañana. ¡Cree en el milagro, tú eres uno de ellos, yo lo sé porque disfrutar de tu amistad es el mayor milagro para mí!
Escrito por: Shoshan