Bienestar

Personas pasivo-agresivas

A lo largo de nuestra vida nos encontraremos con muchos tipos de personas, algunas con las que chocaremos y otras que parecen encajar muy bien con nuestra forma de ver el mundo. Y también están aquellos que, tal vez sin que nos demos cuenta, provocan un ambiente de malestar en quienes le rodean a pesar de no estar manifestando conductas hostiles –en apariencia–; estos son los pasivos-agresivos.

Cuando hablamos de agresión vienen a la mente actitudes muy fáciles de reconocer: levantar la voz, utilizar expresiones ofensivas, intimidar, recurrir a la violencia física, entre otras. Pero también existe una agresión más sutil que nos puede dejar cuestionándonos si estamos interpretando mal las cosas.

Y es que las personas pasivo-agresivas utilizan estrategias que pueden justificar diciendo cosas como “lo entendiste mal”, “es una broma” o “se me olvidó”.

Son personas que tienen problemas para expresar lo que realmente sienten, por lo que manifiestan de forma indirecta su rencor. Deliberadamente pueden dejar las cosas para después y  a menudo “olvidar” hacerlas, poner obstáculos para hacer lo que se han comprometido a hacer, quejarse sobre el poco aprecio que se les muestra o quizás hacer críticas veladas de forma sarcástica o tras un supuesto cumplido.

Tienen una resistencia pasiva y precisamente como no manifiestan de forma explícita lo que les molesta, es difícil identificarlo y mientras tanto eluden el enfrentamiento directo. Son personas con una enorme ira reprimida, pero se sienten tan vulnerables y desprotegidos, les cuesta ser honestos y creen que no pueden confrontar la situación directamente, por lo que recurren a actitudes pasivo-agresivas.

  • Dejar las cosas para después y olvidar hacerlas.
  • Ponerse a la defensiva cuando se le señala un error.
  • No pedir las cosas que desean de forma directa.
  • Ponerse en papel de víctima (a menudo provocando culpa en quien le escucha)
  • Hacer falsos cumplidos en los que, de forma sutil, se minimiza a quien lo recibe o su logro.
  • Ignorar a las cuando intentan comunicarse o fingir que no se les ha escuchado.
  • Sabotear a los otros y respaldarse en que se cometió un error o un olvido.

Y es que es mucho más sencillo fingir demencia, que ser asertivos. El temor al rechazo o a las represalias, les impiden expresarse; mientras que al tomar estas actitudes, pueden justificar sus acciones y cargar la culpa en los otros. Es muy probable que no sean conscientes del daño que están causando en su entorno y a sí mismos, por lo que es importante saber identificarlos.

De vez en cuando es posible que todos caigamos en este tipo de comportamientos, pero es necesario saber cuándo es un problema. Es necesario que todos aprendamos a expresar asertivamente lo que sentimos, pues la comunicación es clave para combatir este tipo de problema.

Escrito por: Elena Pedrozo

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

*