Bienestar

Piel de naranja… máscaras sociales

{JFBCLike}

piel_de_naranja_máscaras_sociales

Escrito por: Chuchi González

Imaginemos que somos una naranja, redonda, brillante, de una cáscara dura, rígida, una pelota de vitamina C o un sol pequeño en el seno de una frutera. Un cuchillo nos hiere, intentando alcanzar nuestra esencia, y comienza su trabajo con movimientos lentos pero certeros.

Poco a poco, nuestra piel se transforma en una guirnalda, en una serpentina de perfume cítrico y vamos quedando al descubierto, nuestra pulpa y pellejos entrelazados en los gajos que nos conforman.

Dos manos indiferentes nos parten al medio, y ahí quedamos, tendidas sobre el plato, abiertas de par en par, jugosas, coloridas, lúcidas, sabrosas, nutritivas, entregadas.

Pensemos ¿Qué tenemos de similar con ese fruto? Las cortezas sociales que día con día nos colocamos  como accesorios de nuestra personalidad para ser “aprobados en el escenario de nuestra vida”.

Esas máscaras sociales, son “las formas de ser o de actuar” que según el contexto histórico y nuestra edad vamos adoptando para formar parte de… ¿De qué?, de lo que sea que creamos que tenemos que formar parte. Puede ser de un grupo de amigas, de un club, del colegio,  o de un status o experiencia determinada.

Muchas veces – y según pasan los años- comenzamos a buscar metas que ni siquiera son nuestras, que son las metas de otros, las de nuestras familias, comunidades, o grupos de amigos. Si no actuamos conforme lo hace la mayoría de las personas, sentimos una pérdida o falta de conexión, y en el afán de no quedar solos flotando en nuestra burbuja, cambiamos libertad personal por “aceptación”.

El peligro de nuestra elección radica en traicionarnos a nosotros mismos; aparentando ser quienes no somos, nos aleja de la autenticidad, nos esfuerza a trabajar, amar, pensar, y decir de una forma diferente a la que haríamos si no tuviéramos que “pertenecer”. Es inmaculada inocencia de pretender ser lo que en verdad no somos nos habilita al sufrimiento y a la frustración.

Todo el tiempo consumimos la idea de que somos diferentes, sin embargo, buscamos ser y actuar como los demás. La mayoría de nosotros hacemos lo mismo, repetimos rituales que se vienen sucediendo de generación tras generación; incluso copiamos las mismas palabras.

En la soledad de nuestro interior sentimos angustia, vacío, ansiedad. No sabemos que nos sucede, en el exterior está todo como siempre. ¿Por qué entonces esa repentina depresión? Tal vez será porque tu centro ya no quiere seguir cubierto de tantas limitaciones. Quiere brillar sin condicionamientos, quiere amar sin reclamos ni reproches, quiere ser.

Vivimos la vida, nuestra única vida, buscando la aceptación de los otros; sin entender que el verdadero desafío radica en la auto-aceptación. Ser uno mismo es el reto más importante.

¿Cuáles son las máscaras limitan la persona que eres?

{JFBCComments xid=2767 width=500 numposts=10 hideLikeButton=1}

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

*