Es por todos nosotros sabido que estamos viviendo una época en donde el verse bien ya es una exigencia social. Como diría Víctor Gordoa, ahora consultor en imagen pública, la imagen es percepción. Esto ha desatado la moda de lo que muchos llaman "el negocio de la vanidad" y con ello, el intento de muchos por querer sacar ventaja de esta situación.
Debemos de aceptar que en nuestros días, socio-culturalmente hablando, nuestro país no está bien. Se nos puede convencer sin mucha dificultad y muestra de esto es todo el consumo que hace un gran porcentaje de nuestra población a través de la radio y la TV, de productos y medicamentos “maravillosos” que son capaces de hacer de “todo” y sin necesidad de una valoración médica (como debería de ser) y lo mejor de todo como dicen quienes los venden “sin” necesidad de receta médica.
Es triste aceptarlo, pero estos son tiempos en donde muy pocas cosas, como productos, servicios o personas, hacen lo que presumen o peor aún, lo que prometen.
Quizá me voy a ganar el disgusto de algunas personas que lean esto, pero sin duda no tiene discusión. El surgimiento de “profesionales” por citar sólo un ejemplo, que se dedican a tratar “el acné” y “las manchas de la piel”, incluso sin ser médicos, creen saber lo mismo o más que un dermatólogo; cuando este especialista médico debiera ser el único que abordara estos problemas, no sólo al conocer qué es y cómo funciona la piel con precisión, sino porque es capaz de resolver las eventualidades que pueden presentarse de acuerdo a los antecedentes estudiados de cada paciente de nuestra población.
Si vamos a hablar de cirugía estética, nos vamos a encontrar ahora con una gran cantidad de ofertas dadas por un sinfín de personas que dicen que son “ellos” los más indicados para realizarlas. Todo esto por supuesto, no hace más que confundir a la gente, que lo que más necesita es de una información veraz para tener elementos que lo lleven a tomar la mejor decisión.
En México, el único programa de entrenamiento dentro de una especialidad médica que incluye la realización de procedimientos de cirugía estética general, y estoy hablando de todo el cuerpo, es el de cirugía plástica y reconstructiva; son años los que se tienen que invertir para poder llevarlos a cabo y no semanas o en el mejor de los casos meses, como algunos diplomados actuales presumen que enseñan lo mismo, prometiéndoles jugosas ganancias.
Para poder ser un cirujano plástico, se tiene que tener primero el titulo de médico cirujano, o ser como popularmente se conoce, médico general. Después, debe tener un entrenamiento quirúrgico por años que varían en la especialidad de cirugía general (de 3 a 4 años) yEn México, el único programa de entrenamiento dentro de una especialidad médica que incluye la realización de procedimientos de cirugía estética general, es el de cirugía plástica y reconstructiva
posteriormente tener un entrenamiento mínimo de 3 años en la sub-especialidad de cirugía plástica y reconstructiva. Para poder tener la patente en dicha especialidad es muy importante certificarse, en donde el consejo correspondiente, lleva a cabo un examen de alto grado de dificultad para sus aspirantes que de aprobarse, le abre las puertas a dicho médico de tener una cédula de especialista para poder ejercer como tal.
Todo esto, para poder ofrecer la mejor alternativa de manejo que el paciente pueda requerir de acuerdo a sus necesidades y sobre todo, tener la capacidad de poder resolver las eventualidades, que aunque remotas en manos entrenadas, puedan presentarse.
Para apoyar lo anterior quiero permitirme citar una anécdota que un servidor vivió cuando apenas era residente (*) de primer año de cirugía general.
Al tener menos de un mes de haber ingresado a dicha especialidad, llegó en un día de tantos, un paciente masculino joven (menos de 30 años) con un cuadro de apendicitis aguda. Durante mi internado de pregrado, tuve la fortuna de participar en muchísimas apendicectomías y tengo que decirlo, salí de esta etapa de mi vida operando apéndices. Ante esta situación y sabiéndome con “cierta habilidad” para operar apéndices, le pregunté a mi maestro inmediato si me podría dejar operarlo. Él, de una manera amable me contestó, “sí”... pero sólo si sabes operar una hemicolectomía(**)! Le contesté, por supuesto que no sé. Ante esto añadió: tu antes que nada eres médico, no un “operador”, aún cuando un procedimiento pueda parecerte fácil de realizar, siempre debes tener en cuenta que si se te presenta una complicación durante la cirugía, debes de tener el conocimiento para poder resolverla. Si vas a operar una cosa, tienes que saber operar otras diez por si tienes necesidad de hacerlo.
Creo que con este relato, podemos terminar con la polémica de quién debe de realizar las cirugías estéticas. Si ustedes eligen a un cirujano plástico certificado para que les realice ese procedimiento estético que solicitan, tienen la garantía de que ese médico fue entrenado para ello, y no las llevarán a riesgos y complicaciones innecesarias. ¡Imaginen que una persona que no tenga el entrenamiento adecuado, durante la realización de una liposucción accidentalmente perfore un intestino! ¿Cómo lo resuelve si sólo sabe operar liposucciones?
Crear sociedades o asociaciones en México no es muy difícil. No se dejen impresionar por un grupo de personas que digan que hacen todos los procedimientos estéticos que requieran y se avalan por la asociación “fulanita de tal”. La asociación que en México se preocupa por la actualización médica continua de los cirujanos plásticos es la Amcper (Asociación Mexicana de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva A.C.) y es la que tiene contacto directo con el consejo que certifica a sus especialistas y con los colegios de dicha especialidad en todo el país.
Es tiempo de que en nuestro país se cuente con los conocimientos necesarios para poder elegir, no sólo a alguien quien le opere una cirugía estética, sino cualquier cosa. De esta manera estaremos dando pasos agigantados en pro de nuestro desarrollo y así obtener sólo lo que nuestra entonces clara conciencia nos lleve a tener.
(*) Residente: médico en entrenamiento de alguna especialidad.
(**) Hemicolectomía: resección de la mitad del intestino grueso.
Escrito por: Dr. Jorge A. Arreguín
