Bienestar

¿Por qué no llegas a tus objetivos?

tus_objetivos

 

Autora: Chuchi González

¿Quieres ser más bella? ¿Sentirte una diosa que se mezcla con mortales? ¿Una atractiva y seductora mujer? ¿Exitosa en todas las áreas de la vida? ¿Sensual? ¿Sexy? ¿Quieres ser deseada? ¿Vivir intensamente? ¿Gozar de la vida y sus oportunidades?

Si respondiste en forma afirmativa a alguna de estas preguntas, me tomaré el permiso de preguntarte ¿Qué has hecho para lograrlo? Tal vez nada; o muy probablemente mucho; pero las acciones elegidas no han sido efectivas.

¿Qué es una meta u objetivo? ¿Cómo realizarlos? Objetivo es el fin hacia el cual va dirigido mi fuerza, esfuerzo o ambición; responde a la pregunta ¿Qué quieres? ¿Tú que quieres?

Los objetivos a veces parecen imposibles de concretarse, creemos que son difíciles, y al tiempo de buscarlos los abandonamos. Esa falta de perseverancia es propia del boicot que hacemos a través del lenguaje: nos influye el estado de ánimo; la actividad que tenemos o la inactividad. Tenemos siempre 100% de posibilidades de lograr lo que queremos y 100% para imposibilitarlo.

Cuando nos planteamos una meta, tenemos la posibilidad de elegir desde dos puntos muy dispares, que implican una carga emocional intensa y diferente.

Puedes formular tus metas desde lo que se denomina ESTADOPROBLEMA o ESTADO DESEADO.

La mayoría de las veces las personas suelen seguir el primer patrón; y claramente este no es una formulación correcta de objetivos. Tal vez por eso no llegan a donde quieren. Si no sabemos dónde queremos ir corremos el riesgo de ir a cualquier sitio. Te daré un ejemplo “No quiero ser gorda”, “No quiero estar gorda”, “No quiero pasar desapercibida”; en ninguno de los tres ejemplos se está formulando una meta u objetivo; por lo contrario se está negando un estado; un presente, nuestra energía está enfocada a resistir eso que no queremos para nuestra vida.

En cambio si aplicamos el modelo Estado Deseado, nuestra conversación interna no es de carga, no busca “salir de emergencia de un sitio en el que no queremos estar” sino por lo contrario declaramos lo que queremos o hacia dónde queremos ir. En los ejemplos anteriores sería “Quiero adelgazar 5 kilos”, “Quiero ser extrovertida”.

La enunciación es fundamental y cambia radicalmente las emociones; en el primer caso, el sujeto es alguien cansado, frustrado, descontento consigo mismo, que desesperadamente busca salirse de donde está. En el segundo caso podemos imaginar una mujer que mirar para adelante, dispuesta a correr riesgo, a tomar las riendas de su vida.

Muchas veces creemos que lo que importa en nuestra comunicación es el contenido, sin embargo lo primordial es “cómo se dice”, éste cómo implica entender desde que lugar estamos declarando lo que queremos o no para nosotras.

Si tu meta es sentirte más bella; empieza por reflexionar acerca de tu forma de hablar; de lo que dices, de lo que piensas, de lo que te dices a ti misma, de lo que piensas sobre ti; la belleza exterior – alimentación equilibrada y ejercicio- se potencia cuando uno cultiva su interior. Porque si te sientes bien en casa, en tu hogar, en contacto con tu luz, en aceptación con tu ser; sin peleas con el “deber ser”; respetando quién eres; ese equilibrio se expresa en tu imagen externa.

La belleza es un todo, como las dos caras de la moneda; lo que no se ve a primera vista; sin embargo es lo que revela lo que vemos. Si eres una mujer confiada y segura, tu físico andará como una amazona en la selva de cemento.

Empieza a dirigir tu pensamiento hacia un lenguaje positivo y de acción.

 

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