Escrito por: Chuchi Gonzalez
Dime algo, con total sinceridad y sin pudor, ¿cuántas veces te dijiste a ti misma o a otros “que feliz sería yo con lo que no tengo?”; inclusive hasta puedo imaginar el gesto de tus ojos, o el rictus de tus labios pensando en ello. Es que aunque en distintas circunstancias, esa felicidad condicionada a eso que no tenemos es una marca registrada de nuestra sociedad.
¡Qué feliz sería yo con lo que no tengo! Y suspiro por aquí y suspiro por allá. Y de repente me pongo a pensar ¿qué pasaría si lograse tener eso que no tengo?; ¿cómo me sentiría si el milagro se diese? Y la boca esplendorosa se estira, suspira y sueña.
¿Cuáles son esas cosas que no tienes? ¿Cuáles de ellas te despabila el sueño sin pedirte permiso?
¿Qué otras cosas postergas porque no tener lo que no tienes?
Muchas personas van por la vida postergando “ser” hasta tener, y esperan ilusionadas que las condiciones óptimas se den y así tendrán la oportunidad de “ser lo que hasta hoy no han tenido”.
El lenguaje que usamos no es inocente, ni arbitrario, N. Chomsky un importante lingüista de los Estado Unidos, habló en una de sus teorías de la G.U (Gramática Universal) con la que nacemos, y a partir de la cual nos comunicamos. Este experto expone que cada vez decimos algo, elegimos de miles de palabras que tenemos en nuestro fichero mental y esa particular palabra será la que utilizaremos. A través de nuestro lenguaje vamos creando nuestro mundo, y la representación mental que tenemos de él. Nuestro decir condiciona nuestras emociones, nuestros actos y nuestras relaciones con los demás. Hablamos para ser escuchados, movidos por una inquietud, un propósito.
Y el discurrir de nuestro decir va sedimentando nuestras conversaciones internas, nuestras interpretaciones respecto de la vida y las creencias que nos sostienen. Este aforismo seudo-inocente que a diario usamos con frescura, e inconsciencia dice mucho más de lo que escuchamos.
¡Qué feliz sería yo con lo que no tengo!
Imagina que un hada sale de un cuento y se encuentra contigo, ella cansada de ayudar a princesas y sapos a conciliar un sueño, te sugiere que le digas “todo eso que no tienes”, aquellas cosas que te hacen repetir una y otra vez “Qué feliz sería yo con lo que no tengo”
Es un auto, una casa, una pareja, unas vacaciones, un empleo ¿Qué más?Tú puedes ser feliz ahora mismo, con lo que tienes, y con lo que te falta, este presente es tuyo, sólo tienes que apropiártelo Piensa, (es tu Hada), ¿Qué más? (No abuses tampoco).
Tu hada con un movimiento sensual y absurdo, a la cuenta de tres, presenta frente a ti esas cosas…ahí están al alcance de tu mano… lo que siempre habías soñado… ¿pero qué es lo que te sucede?, sientes una gran emoción pero sin embargo, no puedes sentir eso que siempre creíste sentir: ¡Qué feliz sería yo con lo que no tengo!, porque ahora mismo: lo tienes. Y has venido postergando tu felicidad, tu ser, en relación a esas cosas que no tienes; pero si de ellas dependía tu felicidad, ¿por qué no lo eras, si ya no lo tenías?; ahora sin embargo podrías decir ¿qué feliz que soy yo con lo que tengo?, o seguirás ansiando por ansiar, anhelando por anhelar, enfocando la mirada siempre en lo que le falta a tu vida.
El gran problema de los hombres (lo digo como género no especie) es que buscan el TENER antes del SER. Y atesoran en sus mentes esos símbolos con el afán de adquirir una experiencia que no tienen por sí mismos.
Detrás de los símbolos y la experiencia
Hay Infinidad de cosas materiales bellezas, piensa en esos vestidos de diseñador, las bolsas, los zapatos, el aparador de las cremas y los perfumes de las tiendas departamentales, y esas cocinas integrales ¿En qué oportunidades esos símbolos representan para ti una experiencia?
He tenido pacientes que me han confesado “que los tacones le dan seguridad y confianza”, ¿comprendes a lo que me refiero? A la peligrosidad de creer que lo exterior puede alimentar nuestro interior.
Muchos hombres, trabajan para tener un hermoso auto, no por el auto mismo sino por lo que significa, el juicio que los construye les dice “Tú con un buen auto puedes conquistar a cualquier mujer”.
Y así empezamos a entregar nuestro poder personal, y nuestro tiempo a otros, pueden ser cosas materiales o personas: “Si yo tuviera una pareja sería feliz”.
Pero lo que vengo a decir es que TÚ puedes ser Feliz ahora mismo, con lo que tienes, y con lo que te falta, este presente es tuyo, sólo tienes que apropiártelo.
En lugar de ir tras los símbolos que traen experiencia, genera en tu interior la experiencia que atraiga el símbolo. No te condiciones a SER.
Aunque creas que es imposible el SER que hoy eres atraes lo que tienes. Todo lo que sientes que implica seguridad, poder, éxito, libertad, confianza llegará a ti, si primero experimentas esos valores en tu intimidad.
¿Quieres éxito? Piensa ¿Cómo se comportan las personas de éxito? ¿Desde dónde hablan, se comunican, actúan? ¿Qué no has estado haciendo para ser exitosa?
La semilla de quién eres, se germina en interior, no pierdas tu tiempo mirando afuera, a veces creerás que cualquier soplo de la vida te impedirá ser tú misma.
¡Qué feliz sería yo con lo que no tengo! ¿Qué feliz serías renunciando a lo que no tienes una y otra vez? ¿Qué feliz serías con lo que no tienes, si ya no lo tienes? ¿Cuán feliz eres entonces?
Escrito por: Chuchi Gonzalez
Coach Ontológico – Escritora – Tallerista Motivacional
Desarrollo Humano Crear-T S.C