Pareja

¿Qué hacer para que el amor perdure?

El amor es un sentimiento eterno que se renueva todos los días y que palpita dentro de nuestro ser. Toda la felicidad del mundo puede caber en un corazón que ama: desde la madre que tiembla de ternura porque para ella su niño es el más hermoso, hasta el niño que siente que no hay madre como la suya, pasando por todos los seres del mundo que a toda hora se mantienen despiertos por la magia del amor y su grandeza.

El amor está latente en todas las realizaciones humanas y en todas las cosas importantes para el hombre. El amor es una bella flor, que para crecer necesita ser regada a diario. El amor surge desde la perspectiva de uno mismo, atraviesa mil pensamientos en la mente y nace así de pronto, cautivando todos nuestros sentidos, surge del deleite de dos cuerpos que se juran amor eterno. Es la alegría de vivir con ímpetu disfrutando cada minuto que se comparte con la persona elegida. Es reír y llorar por lo mismo, es saber decidir juntos, ante las tempestades que se presentan.

En toda relación sucede que alguien ama más, sin que esto quiera decir que la pareja no sea inmensamente feliz. El vivir cautivado hacia el otro y ser correspondido satisfactoriamente implica mucho trabajo por parte de los dos. Amar significa también admiración porque se ama lo que nos gusta, todo aquello que nos impresiona.

Dios creó al mundo para el amor, es hora de empezar a creer en los ángeles, en las hadas madrinas, en las suaves fragancias inspiradoras de caricias y besos, en los viajes a las estrellas y en todo aquello que nos tiene deparada la vida, porque vale la pena sellar un cariño y coronarlo con luz de primavera, dar sin pensar en recibir, ver el azul que se despierta en la ventana revelando que un amor se entrega, tener a alguien que te espera, vale la pena. Soñar con ser el séptimo sentido de nuestra pareja, decirle acuéstate en mi pecho y abrázame hasta perder la cuenta. Estas y tantas cosas más anhelamos, la libertad de amar es para quien la vive: una magia eterna que vive con nosotros.

A veces nos damos cuenta que la costumbre ha ocupado un gran espacio en las vidas que llevamos. Es necesario hacer un paréntesis pero hoy en este instante por favor detengamos un momento la lectura y dejemos en claro que nuestra pareja es la persona, es con la que soñábamos, dicen que recordar es vivir otra vez.

Una relación requiere de sorpresas y emociones, buscar la manera de sorprender al otro hace que la pareja adquiera una visión diferente de la realidad en la que viven, permite que la vida sea percibida de forma mágica con gusto y sabor exquisito comparables al asombro de un niño al abrir un regalo o a la alegría de una niña al jugar con su muñeca favorita.

La existencia del amor en esta época, en que se le da mucha importancia al dinero y a la belleza física más que a la personalidad del ser humano, crea una idea equivocada del entorno. ¿Pero qué sucede con el amor de pareja? En la etapa del noviazgo, tanto el hombre como la mujer hacen todo lo necesario para que la relación funcione y perdure, generalmente se muestran amables, cariñosos, se arreglan especialmente y la atracción sexual se mantiene elevada, los defectos los minimizan y las cualidades las maximizan. Una vez casados las cosas cambian, aunque para unas parejas el cambio es para bien, pues tienen una madurez adecuada que les permite superar los problemas que la convivencia les presenta y, de esta manera, logran consolidar a través del tiempo un amor profundo, en otras parejas y desdichadamente son la mayoría parece ser que el matrimonio les altera su vida emocional, pues una vez casados se acaba el encanto, se vuelven distantes, fríos, irritables, desatentos; y no es porque no se quieran, sino que no detectan en el momento preciso los síntomas que produce la rutina y no hacen nada por gratificarse mutuamente. Pronto se acostumbran a las faltas de atención, a las discusiones y ofensas, creándose un resentimiento que si no lo detienen a tiempo puede llegar a la separación.

¿Nosotros en cuál de las dos posibilidades nos encontramos ahora?, preguntémonos a conciencia ¿tenemos la madurez adecuada y estamos en armonía con nosotros mismos, con nuestra pareja y con los demás, con el universo en general? O estamos en la segunda opción, somos indiferentes, descorteses, groseros con nuestra pareja, permitimos que pequeños detalles amarguen los ratos, guardamos rencor en nuestro corazón, si lográramos hacer como Gandhi que cuando le decían algo feo u ofensivo respondía: “ese regalo no lo quiero” y no permitía que nada dañara su estado de ánimo.

La mayoría de las parejas afirma que aunque no estén enojados, casi no se abrazan, ni se toman de la mano, ni se besan espontáneamente. Afirman que prácticamente sólo se acercan físicamente cuando tienen relaciones sexuales y, por lo mismo, éstas se empiezan a espaciar, creándose un círculo vicioso. Independientemente de la falta de muestras de cariño hacia nuestra pareja, tenemos tendencia a veces de minimizarla, como si su opinión fuera la de una persona casi casi idiota. Es una realidad que muchas veces desquitamos nuestros enojos o frustraciones con nuestra pareja. Cuando nuestra pareja tenga muestras de cariño o cortesía hacia nosotros debemos cuidarlas y promoverlas, por ningún motivo tomar una actitud inconmovible.

Estamos conscientes de que el amor de cuento de hadas, del príncipe azul y la princesa viviendo felices eternamente en su castillo encantado, no existe, ¿por qué no hacemos que exista? solo depende de nosotros, el amor está en la cabeza, no en el corazón, el amor se razona, se cuida, se busca, el amor es un ser vivo que necesita ser alimentado para crecer, desarrollarse, evolucionar. Por eso, si queremos que nuestra relación perdure a lo largo del tiempo es imprescindible que tomemos en cuenta el cariño, los gustos, nuestras prioridades mutuas, ¿quién ha dicho que mantener la felicidad en pareja eternamente sea algo sencillo?, es un proceso de toda la vida, un proceso de buena voluntad.

En este proceso seguro que sufriremos numerosos altibajos, entrarán las dudas y deberemos luchar para conseguir que nuestra historia perdure, lograr una historia de amor que sirva de testimonio para nuestros hijos y gente cercana, diciéndoles con esto que sí se puede, que aún en este mundo actual lleno de desamor, violencia, pornografía existe el amor.

Y aunque no hay receta para que el amor perdure debemos tomar en cuenta ciertos puntos, sin importar el orden:

  • Mucha comunicación. Hazle partícipe de todo lo que te pasa, de tus sentimientos, de tus sueños, de tus problemas. Pero esto no significa que debas pasar todo el tiempo hablando, a veces el silencio puede ser igual de comunicativo, la comunicación corporal es importante, con una seña cariñosa o un gesto significativo decimos a veces más que mil palabras.
  • Saber escuchar. Tan importante es saber mostrarte a tu pareja, como permitir que tu pareja muestre su propio yo. Si no aprendes a escuchar, nunca llegarás a conocer a tu compañero, además, puedes generar en él un sentimiento de frustración al no mostrar interés por lo que tiene que decir, nos conocemos a través de los demás sobre todo de nuestra pareja que nos dice quiénes somos en realidad.
  • Comprensión. Somos dos seres completamente diferentes. De ahí que nuestros gustos y nuestra forma de pensar puedan ser opuestos en algunas ocasiones. Por ello, la tolerancia y la comprensión serán las herramientas que te permitirán superar las dificultades generadas por nuestras discrepancias, no somos medias naranjas somos naranjas completas.
  • Conviene que de vez en cuando nos demos un respiro y nos regalemos momentos de soledad, intimidad y reflexión. Muy importante para el desarrollo personal de cada uno de nosotros, que nos permita ser nosotros mismos y no una imagen del otro.
  • Convivir con los buenos amigos y la familia. No aislarse del mundo exterior fuera de nosotros dos hay muchas otras cosas que nos enriquecerán como pareja. Nada de abandonar a los amigos o al resto de la familia.
  • La atracción es imprescindible para que una pareja funcione y el sexo es la manera de poner en práctica dicha atracción. El sexo no debe decaer ni caer en la monotonía, debe ser divertido y creativo, así la pasión que un día nos hizo enamorarnos siempre estará presente, mientras la pareja esté de acuerdo todo se vale, démosle vuelo a la hilacha, gocemos nuestra sexualidad… Conocer al otro abre la posibilidad de que la unión sea más placentera.

La sexualidad puede ser mucho más rica, pues si bien la pasión de los primeros tiempos se transforma, el cambio no implica necesariamente un desgaste. El goce de compartir la intimidad con una persona que nos conoce y a quien conocemos, puede ser tan intenso como el encuentro con lo diferente. El tiempo puede mejorar la calidad del vínculo entre un hombre y una mujer, superando la fascinación que se experimenta cuando se inicia una relación.

  • Aprender y valorar lo que tenemos, somos del mismo equipo podemos confiar uno en el otro, manteniéndonos siempre unidos.
  • Decisiones conjuntas. Sobre el dinero, los hijos, los parientes, el sexo, el tiempo y el trabajo.
  • Sinceridad del corazón, profunda que nos permita compartir lo más genuino que hay en nuestro interior, sabiendo que ambos nos amamos y nos aceptamos.
  • El verdadero amor no ahoga, no es totalitario ni posesivo, el ser amado no nos pertenece.
  • Es una expresión de amor, los abrazos y caricias y otros gestos entre marido y mujer son una gran expresión de nuestros sentimientos, es un dialogo sin palabras.
  • Ayudarse mutuamente. Ayudarlo a superarse como quiera, no a transformarlo en lo que yo pienso que debes ser, con la esperanza que tú hagas lo mismo por mí.

Para llegar al final del camino juntos y en armonía se necesita desarrollar el amor inteligente, y no es tan difícil, además del amor sólo basta paciencia y respeto, pero por sobre todo mucha disposición y voluntad, estamos en el camino, podemos lograrlo tenemos los medios y el coraje, no debemos permitirnos caer en la monotonía ni en el desamor, mantengámonos alegres, optimistas.

Nuestra pareja es alguien único e insustituible, Es maravilloso sentir que hemos encontrado a la pareja “ideal”, y aunque los seres humanos somos dinámicos estamos en cambio constante, no somos los mismos ahora que cuando nos casamos, hagamos el cambio juntos con los mismos objetivos, podemos ser felices proporcionemos un ambiente para que nuestro amor perdure.

Tenemos los ingredientes necesarios para que nuestro amor perdure, para que nada ni nadie lo quiebre. La llama del amor sólo puede mantenerse encendida si los dos la protegemos de los fuertes vientos y de las tormentas. De nosotros depende alimentar y proteger el fuego o dejar que se apague para siempre…

“Pareja son dos personas que comienzan a ser una sin dejar de ser ellos mismos” Citando a Amado Nervo: Como verte es el único ideal que persigo, Sin vivir en mí estoy, Y muriendo del ansia de reunirme contigo, Cada día me digo “¡Si pudiera ser hoy!” Que les parece si vemos fijamente a los ojos a nuestra pareja y le decimos: “Mi amor por ti es especial y nos mantendrá juntos eternamente y lo derramamos en nuestros hijos y los demás”

Escrito por: Antonio F. Rodríguez Balmori

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

*