Los cazadores de monos utilizan una caja con una abertura en la parte superior, lo suficientemente ancha para que el mono pueda deslizar su mano. Dentro de la bolsa hay nueces. El mono toma las nueces y entonces su mano es ahora un puño y no puede sacarla, pues la abertura es ancha para una mano estirada pero no para que salga el puño. Entonces el mono debe elegir entre soltar las nueces e irse libremente o no soltarlas y ser atrapado. Adivina lo que escogen cada vez… las nueces.
No somos tan distintos a los monos. Todos nos aferramos a algunas nueces que nos impiden avanzar en la vida. Siempre racionalizamos diciendo: “No puedo hacer esto porque…” y lo que sigue son las nueces que no queremos soltar y que nos aprisionan. La gente de éxito no racionaliza. Hay dos cosas que determinan si una persona conseguirá o no lo que quiere: razones y resultados. Las razones no cuentan, los resultados sí.
Fuente: Motivational Stories
