Escrito por: Nancy Rivera Quiroz
¿Alguna vez has querido hacer cosas que te dicen que no deberías hacer?
Es increíble como puedes prepararte mucho tiempo para hacer lo que siempre has querido o soñado, o simplemente porque tienes ganas de probar cosas nuevas. Y de repente alguien aparece y te dice que no, que ¡cómo es posible!, que te va a ir muy mal, que cómo puedes arriesgarte de esa manera, etc. Y ¿qué hacemos?... desistir.
Yo creo que eso, es lo último que debes hacer… desistir.
Decir que no a lo que siempre has querido, es decir no a tus sueños y a los momentos que nadie te va a decir si eran buenos o malos.
Yo dije que Si!
Durante mucho tiempo, he hecho cosas que me gustan y cosas que no me gustan también. Y un día desperté con ganas de no hacer lo mismo que hacia siempre; quería salir de todo lo normal en mis días y me dieron ganas de volar.
Quería irme lejos, a otro país. Conocer nueva gente, nuevas costumbres y darle otra vida a la gente amada de mi alrededor. Y el sueño comenzó a tomar forma.
Un día sin más, vendí muebles, ropa, auto, chacharitas que vas guardando mucho tiempo y que no las vuelves a ver hasta el día en que se te ocurre limpiar el cajón en donde las guardaste. Y es en ese momento, que te das cuenta que tienes miles de “cosas” que no has usado en años y que quizá, nunca las uses.
Le platicas a tu familia cercana y amigos el plan que tienes en mente, algunos de ellos te apoyan y otros te dicen absolutamente que estás loca y que es una mala decisión deshacerte de toda las “cosas” que has acumulado. Y puedes pensar dos opciones en ese momento: una, que has trabajado toda la vida por esas “cosas” y desistes; y la otra que al final sólo son “cosas” que puedes volver a tener en el lugar en donde quieres estar… y entonces, dices SI
El hogar es el hogar en donde tú lo quieras construir, en donde tú pongas amor al hacer las camas, al hacer la comida, al hacer palomitas para ver una pelí con tus amores o lo que sea que hagas con amor, ese es el hogar.
Creo que muchas personas, hemos olvidado la esencia de nuestro corazón. Lo más importante, en mi humilde punto de vista, no son las “cosas” que has acumulado durante la vida, lo importante son las sonrisas que puedes dar y recibir durante todo el tiempo que estamos en este mundo.
Lo más trascendental, es ser feliz y hacer feliz a las personas que nos rodean, pareja, familia, amigos, vecinos, compañeros de trabajo, jefes, etc., darse cuenta de lo maravilloso que somos por dentro, darse cuenta que sólo hay un momento para todo, y tal vez, ese único momento sólo se presente una sola vez en la vida.
Ahora, yo me encuentro en un país muy lejos de México. He dejado muchas “cosas”, que al final son sólo eso “cosas”; y también he dejado personas muy bellas e importantes, sin embargo, están en mis pensamientos y me ayudan a estar bien, porque recuerdo todo lo bueno que pasamos juntos y porque ahora, estoy teniendo más sonrisas y personas nuevas para acumular y engrandecer mi corazón.
No sé si me equivoque o si me daré cuenta de ello, pero este es mi momento, porque estoy viviendo mi sueño, lo que yo quería hacer con mi vida y al final del día, nadie me va a decir como hubiera sido, yo misma lo voy a experimentar.
Nunca hay que decir que no a nuestros sueños, por muy descabellados que estos sean, nadie nos podrá decir si son buenos o malos, nadie nos podrá decir que esta bien o mal, nadie, sólo nosotros mismos nos daremos cuenta si nos hemos equivocado, y si así es, no importa, las “cosas” siempre vuelven.
La satisfacción de la sonrisa de tus seres queridos, de nuevas sonrisas, nuevos abrazos y cariño, la satisfacción de haber dicho que si y la satisfacción de decir, LO HICE ES MI SUEÑO, eso, nadie lo cambiara jamás.
