Abuelos

¿Quién los educa?

Los abuelos, las nanas, los cuñados y las amigas, todos quienes tienen relación con la familia, influyen de una u otra manera en la educación de los hijos. A continuación señalamos algunas situaciones que suceden con frecuencia y damos pautas de cómo manejarlas, pero siempre teniendo en cuenta que los padres son los responsables de la educación de sus hijos y que sólo ellos trazan la línea.

 

Los abuelos
“La abuela encuentra que la sopa de mi hija está mal hecha porque no tiene suficiente acelga; me hace ponerle un gorro de lana cada vez que me voy de su casa, aunque haga calor; y encuentra que duerme demasiado poco.”
Una buena relación entre abuelos y nietos es un maravilloso tesoro para los niños. Si hay confianza, cariño y respeto, pueden conversar cualquier cosa y preguntarles todas sus inquietudes, incluso más que a los papás, y los niños podrán aprender muchas cosas que sólo la experiencia da. ¿Te suena familiar?

La nana
“Mi hija ha aprendido de la nana un montón de palabras que yo no quiero que diga y también ahora tiene miedo a los ladrones y a los terremotos por lo que ella le cuenta.”
La nana es una persona que está en estrecho contacto con nuestros hijos por lo que hay que elegirla muy bien. La elección será distinta si la mamá trabaja fuera del hogar, que si está en la casa. Si trabaja, la nana será la autoridad de los niños durante gran cantidad de horas y hay que darles instrucciones claras.
Para que la nana trate bien a los niños y respete la autoridad de la mamá, lo fundamental es tratarla con cariño, enseñarle con paciencia, celebrarle lo que hace bien y tenerle comodidades en su pieza. Sólo así va a responder bien. Tiene que saber que le confiamos lo más precioso, nuestros hijos y que si miente, le perderemos esa confianza.

La familia
“Mi hija reclama que en la casa de los primos siempre hay juguetes más entretenidos, se come más rico y los papás son más simpáticos porque los dejan hacer cosas que yo no dejo”
Las relaciones familiares son muy buenas y hay que fomentar el cariño y la unión de los primos. Pero, como ocurre en todas las relaciones, siempre aparecen conflictos. Respecto a esos miembros de la familia que opinan sobre todo y se meten a educar a los otros, hay que hablarles claro y, con cariño, pedirles que no se metan y nos dejen a nosotros con nuestros problemas. Además, es bueno saber que la mejor forma de ayudar es con el ejemplo. Si la otra familia es alegre, obediente, ordenada, uno se pregunta por qué, se comienza a fijar y aprende.

¿Qué hacer?
Hay que oír, comprara y evaluar. Habrá veces que nos darán un buen consejo o aprenderemos con la comparación, pero siempre ha y que tener presente que son los padres los que deciden y se responsabilizan por eso. Otras veces habrá que hacer callar, con toda tranquilidad.

Los padres tratamos de hacerlo bien y de no equivocarnos, pero si eso pasa, hay que sacar lo mejor de la situación.

Escrito por Equipo SuperMujer

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