Bajar de peso - dietas

¿Quieres comer más sano?

Cambia la forma en que te ves a ti mismo

“Es que me cuesta mucho trabajo dejar de comer” “es que soy muy antojadizo” “no tengo fuerza de voluntad” “no soy el tipo de persona que come lechuga” Existen cientos de pretextos para no iniciar un cambio de hábitos alimenticios o sabotearnos cuando decidimos empezar. Pero si de verdad queremos comer más sano, si estamos dispuestos a hacer el esfuerzo para mejorar nuestra salud, quizá deberíamos replantearnos la forma en que nos vemos a nosotros mismos y las dietas.

Cada vez hay más información; conocemos los riesgos del sobrepeso, sabemos la importancia de hacer ejercicio y sin embargo, seguimos con el sedentarismo y los malos hábitos alimenticios. Decimos que ahora sí ya comeremos más sano, pero nos cuesta mucho trabajo porque “no somos así”.

La mente es poderosa, los mensajes que nos damos a nosotros mismos quedan profundamente grabados y vivimos guiados por esos pensamientos, que aunque sea de forma inconsciente, nos hemos repetido. Si creemos que no somos sanos, que nunca ha estado en nosotros el hacer ejercicio, entonces las barreras que tenemos que superar para lograr un cambio de hábitos son aún mayores.

Las investigadoras Amanda Brower y Katie Mosack del Departamento de Psicología de la Universidad de Winona proponen un cambio en la forma de aproximarnos al cambio de hábitos. En lugar de ponernos como meta “comer más sano”, quizá deberíamos repetirnos la idea de que somos personas sanas y tomamos decisiones alimentarias saludables.

Quizá no parezca un gran cambio, pero si nos identificamos como personas saludables es más probable que nos convirtamos en personas saludables. Si cambiamos el “debo comer más fruta” por “soy el tipo de persona que come fruta” es más posible que tomemos acciones que respalden lo que nos decimos, pues queremos ser congruentes con nuestra identidad. Del mismo modo, decirnos que “no tenemos fuerza de voluntad” es ya un sabotaje a nuestros esfuerzos, porque estamos convencidos antes de empezar, de que fallaremos.

Identificar nuestras metas con cualidades que esperamos adquirir en el camino, puede hacer más sencillo y más permanente el cambio de hábitos. Sin embargo, debemos ser cuidadosos con el pensamiento positivo. Pues si somos demasiado optimistas, también corremos el riesgo de perder motivación. Es importante que seamos realistas respecto a los obstáculos que nos ponemos. No basta con decirnos una vez “yo me alimento sano”, sino de respaldarlo con las actitudes y decisiones que nos ayuden a alimentarnos mejor.

Escrito por: Elena Pedrozo

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