Esta es una sopa reconfortante, rica y también baja en calorías. Es una excelente opción para variar el menú de tu familia y nutrirla.
Ingredientes
- 750 g de pechuga de pollo o de pavo
- 250 g de jamón
- 150 g de pan rallado
- perejil
- 2 huevos
- sal y pimienta
- unas hebras de azafrán
- el jugo de un limón
- cubitos de concentrado de sopa (opcional)
- litro y medio de agua
Preparación:
Hay que picar la carne y el jamón en la picadora, o bien pedirle al carnicero que lo haga. Se mezcla bien la carne con el pan rallado, el perejil, el azafrán en hebra y un poco de pimienta y la sal siempre con moderación, porque el jamón y el pan ya van salados
Se mezcla todo bien y se le añaden las claras de huevo. Las yemas se reservan para añadirlas al caldo en el momento de servir. Se pone una olla al fuego con el agua y cuando está ya caliente se comienzan a hacer las albóndigas: a mí me gusta humedecerme las manos con el jugo de limón, para hacer las bolitas de carne.
Se pone un poco de sal en la olla o bien unos cubitos de concentrado de sopa, lo que más nos guste y se deja hervir en la olla una media hora aproximadamente, y para mí este caldo no necesita nada más, aunque se le pueden poner algunas verduras, como apio, puerro, zanahoria, etc.
A la hora de servir, se rompen las yemas en una taza con un poco del caldo de las albóndigas, y con el fuego suave y bien batidas, se añaden a la olla pasándolas por un colador. Se mueve con cuidado y siempre a fuego muy suave: sólo hay que estar pendiente de que no arranque a hervir, porque se cortaría el caldo.
Fuente: Las Recetas de Mamá