Ser padres puede ser el más hermoso acontecimiento de nuestras vidas, sin embargo, también es la responsabilidad más enorme que podemos asumir. Tener un hijo no solo significa educarlo y quererlo, si no cuidar hasta el más mínimo detalle para su protección.
Los accidentes están a la vuelta de la esquina, todo lo existente en nuestro hogar se convierte de un momento a otro, en motivo de preocupación. Todo lo que nos rodea lo vemos riesgoso para nuestros hijos: las escaleras, los cajones, el baño, las esquinas de los muebles, las ventas, en fin, para donde nuestros ojos ven, solo existe peligro.
Según la Asociación Mexicana de Pediatría, los niños menores de cinco años, son más propensos a sufrir accidentes en el hogar, y es que, conforme los niños crecen, la necesidad de explorar se vuelve sumamente indispensable para los pequeños, pues comienzan a conocer o a ver cosas que no sabían que existían.
Investigan, tocan, caminan, sin medir consecuencias; para ellos no existen límites de tiempo o espacio, es como vivir en una dimensión desconocida. Su ignorancia y despreocupación puede ponerlo en situaciones peligrosas que él no puede resolver o manejar.
Si bien es cierto que los niños de entre dos y cinco años van adquiriendo progresivamente más autonomía, no quiere decir que corran menos peligros; al contrario, es cuando se le debe prestar más atención.
El cuidado de los niños depende al cien por ciento de los padres, o de quienes sean los encargados de cuidarlo; sin embargo, no todo el tiempo podemos estar tras ellos para evitarles cualquier situación de riesgo o de peligro que lo pueda asechar.
Los accidentes domésticos más comunes entre los niños son: caídas, intoxicaciones, alergias, irritaciones, quemaduras, electrocución, asfixia, golpes y heridas. La pregunta más importante es ¿Cómo hacer de nuestra casa un lugar más seguro para nuestros pequeños?
Existen medidas básicas que podemos tomar en cuenta para hacer de nuestro hogar un sitio más seguro para vivir. Aprender hábitos sencillos de seguridad nos puede ayudar a evitar muchos accidentes.
- Revisa que en su cuna no haya ningún objeto sobre el que pueda pararse o treparse.
- Tampoco coloques la cuna o cama cerca de la ventana.
- Coloca protectores a los enchufes y entradas de corriente eléctrica, de ésta manera evitarás que metan objetos y sufran de una descarga eléctrica.
- Coloca rejas en tus ventanas
- Nunca dejes objetos que contengan líquido caliente al borde de las mesas o muebles.
- No dejes a tu bebé solo en el agua o cerca de ella. Los seguros para escusados son muy útiles para evitar que tus niños puedan ahogarse o meter las manos.
- Fíjate que los juguetes que compres no contengan piezas pequeñas que se puedan desprender.
- Coloca bardas de seguridad en tus escaleras.
- Coloca botones de seguridad en cajones donde pueda haber sustancias peligrosas.
Lo más importante es estar consientes de que somos los únicos responsables de la seguridad de nuestros hijos. Una muy buena costumbre, es realizar periódicamente un recorrido por la casa y los alrededores para ubicar potenciales peligros para nuestros niños.
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Fuente: Punta San Antonio
Fuente: Safety1st.com