Escrito por Ata Arróspide
Hace un par de semanas un amigo me habló de un estudio que afirmaba que las personas sin hijos son más felices. Al margen de que estadísticamente se puede incluso afirmar que los españoles con pelo castaño tienen más accidentes de tráfico… el tema me dio que pensar e indagué....
En Internet encontré menciones a encuestas y corrientes que concluyen más o menos lo siguiente: más “responsabilidad” igual a más preocupaciones, y más preocupaciones igual a menos felicidad.
Es innegable que algo de sentido tiene, y es probable que yo mismo, encuestado antes de ser padre, hubiese puntuado mi felicidad más alto que ahora, por la simple aplicación de la ecuación fiestas/responsabilidades.
Pero como ese dato se da de tortas con el hecho irrefutable de que los hijos son mi mayor motivo de felicidad, me he propuesto corregir el “error“ implícito en la encuesta.
Se me ocurren dos fórmulas: la primera es desacostumbrarme a ser padre, porque parece que cuando te acostumbras a algo, por bueno que sea, pierde valor. Y la segunda fórmula tiene que ver con la originadora de este embrollo, la responsabilidad, y consiste en asumir que lo responsable es ser y parecer feliz, porque los niños lo notan.
Así que aunque las noches de fiesta hayan cambiado radicalmente de significado, yo me declaro más feliz que antes de tener hijos.
Escrito por Ata Arróspide
