Escrito por: Evangelina Jiménez
Nunca tuve mucha coordinación para los deportes, fui de esas clásicas niñas que intentó gimnasia, futbol, voleibol, básquetbol, bueno para que sigo. No era buena, punto, pero me complace verlos, aunque recuerdo que no era nada mala para jugar futbase, que es como jugar beisbol pero en vez de pegarle a la bola con un bate se le pega con el pié y no es bola sino pelota, creo que eso no se considera deporte.
Lo que me gustaba de ingresar a equipos era aprender a trabajar con muchas personas distintas y lograr un buen resultado, todos teníamos capacidades diferentes, talentos sin pulir que sólo unidos brillaban como un gran diamante.
Con el paso del tiempo mi padre, que es bastante atlético, me inició en la maravillosa actividad de correr, al principio odiaba que me levantara temprano para irnos trotando por las calles aledañas, después asimilé cada camino y al final me encantaba la sensación de cansancio, era un “cansancio delicioso”.
“Antes de iniciar piensa en un problema, el más grave que tengas, terminando lo verás diferente” me decía mi papá en el calentamiento previo. ¡Ay los papás siempre tienen la razón! porque sí funciona. Hoy, ya nadie me obliga a salir a trotar o correr, dependiendo de mi ánimo me pongo mis pants y disfruto.
Me encanta correr escuchando música, mejora mi ritmo y me anima a seguir cuando siento que ya no puedo más, sin embargo, no hay aliciente mejor que la respiración. Pienso que correr por la pista es como ir por la vida, porque cuando sientes que ya no puedes más sacas fuerzas de no sé dónde, las usas y terminas, como en la vida, cuando pensamos que las cosas no pueden estar peor, algo sucede que nos hace reconsiderar y salir adelante. Hoy es un excelente día para correr pero es un mejor día aún para volver a empezar. SIEMPRE ES UN BUEN DÍA PARA VOLVER A EMPEZAR.
Si te caes cuando vas corriendo, debes levantarte porque sino lo haces los corredores detrás de ti, te pisan, como en la vida, sino te levantas los que vienen atrás, te pisan. De repente al ir muy rápido debes parar porque sino lo haces puedes lastimarte y no podrás continuar y terminar la rutina, en la vida es igual, de repente vamos muy rápido y es recomendable parar para pensar y poder seguir.
Cuando tienes el hábito de correr, no importa el tiempo que hayas hecho un día antes o si te lastimaste, siempre amanece para que mejores tu tiempo, para que lo vuelvas a intentar. En la vida, no importa cuantas veces te hayas equivocado, llorado o estado en el piso, siempre habrá un nuevo día para que puedas volverlo a intentar.
Hoy es un excelente día para correr pero es un mejor día aún para volver a empezar. SIEMPRE ES UN BUEN DÍA PARA VOLVER A EMPEZAR.
Escrito por: Evangelina Jiménez
