Diversas

Sólo no se equivoca el que no hace nada

Escrito por: Evangelina Jiménez

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uántas veces nos hemos preguntado internamente ante alguna situación que nos quita el sueño ¿Qué hago?, la alternativa de consultar a una persona de toda nuestra confianza está presente en cada encrucijada de nuestras vidas y de hecho esa clase de preguntas conducen a un fortalecimiento de lazos en las relaciones humanas.

Sin embargo, debemos aprender a tomar las opiniones de los demás como eso, puntos de vista. No podemos basar la respuesta a un problema en lo que “tal” o “cual” persona dijo, así sean nuestros propios padres, porque entonces el producto de la decisión no será enteramente nuestro y terminaremos más enredados de lo que ya estábamos, le consultamos a todo mundo ¿y tú que harías? Está bien nos da una línea una idea tal vez, pero a los que les preguntamos no saben lo que va a pasar al igual que nosotros, a menos que tengan una bola de cristal que les permita decretar el futuro, si es así por fa pásenme los datos.
Es difícil, claro, sino no sería decisión y lo que nos frena a tomarla es el posible error, la verdad nos da miedo, díganlo en voz alta no está mal tener miedo, mejor enfrentémoslo, no nos hemos percatado que al momento de tomar una decisión hemos evaluado internamente nuestras posibilidades y a la hora del veredicto final consideramos que esa es la mejor, ahí vencemos el miedo.
Las consecuencias y la incertidumbre de lo que va a pasar son inherentes a una decisión, no pueden separarse y si lo analizan de forma sincera y sensata esNo podemos basar la respuesta a un problema en lo que “tal” persona dijo, porque entonces el producto de la decisión no será enteramente nuestro y terminaremos más enredados de lo que ya estábamos maravilloso no saber que va a pasar, dentro de nuestros miedos al decidir se esconde una pisca de emoción, ¡que aburrido sería decidir algo sabiendo el resultado!.
Si no tomáramos decisiones, la voluntad sería una palabra sin significado, sin valor, nos dejaríamos llevar por la inercia de los acontecimientos como la bolsa de plástico por un fuerte viento que no va a donde quiere ir sino a dónde el viento la lleva, seríamos sosos, sin movimiento, inertes, sin vida.
Entonces tomemos decisiones sobrepasando los miedos, poniendo en una balanza los pros y los contras, ayuda mucho escribirlo, así lo sentiremos más real, escuchemos los puntos de vista de los demás pero al último dejemos que nuestra voz interna se junte con nuestros dos maravillosos sentidos: el común y el sexto sentido, ellos emitirán la sentencia firme.
Así que, habla con tu jefe del aumento de sueldo o preséntale tu renuncia, aléjate de la o el que te hace daño, márcale a ese amigo con el que hace mucho no hablas, reconcíliate con esa persona, te apuesto que ya ni te acuerdas porque se pelearon, cómprate esos jeans que te gustaron ¿Qué importa si sólo los usas los fines de semana?, mándale flores a esa mujer con la que sientes ese algo que aún no sabes que es ¿Qué importa si ni las gracias te da?, dile al niño de tu clase que te gusta, deja de preguntarle al mundo entero si él te quiere o no pregúntaselo a él, encara a tus hijos si lo consideras necesario, dile a tu esposo que lo amas si así lo sientes y ya dile a tu familia lo que te molesta de una vez antes de que el problema se haga más grande.
¡En fin! Toma la decisión porque no existen decisiones equivocadas, SOLO NO SE EQUIVOCA EL QUE NO HACE NADA.

Escrito por: Evangelina Jiménez

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