Bienestar

¡Taxi, taxi, siga a mi vida!

Los seres humanos en busca del sentido de sus vidas

Escrito por: Chuchi González

“Ella buscaba incesantemente, hasta encontrar. Y en su búsqueda se dejaba llevar por las “mentiras piadosas” de los que no se atreven a vivir sin máscaras; por las malas copias de los románticos de antes, por los parlanchines de vocabulario escaso, por  todo lo que fuese necesario para llegar a encontrar lo que buscaba...

Paradójicamente cuando lo encontraba, lo perdía. Cuando lo encontraba, lo dejaba de anhelar y lo olvidaba. A veces, en un parque, otras en la cocina, en salas de cine, en la acera húmeda; en cualquier lugar, porque no lo recordaba. No recordaba que lo tenía, y sin recordarlo difícilmente podía cuidar de él.
Entonces lloraba con absurdo, profundamente, intensamente, hasta que un día, pudo ser consciente de que nunca había encontrado nada y por lo tanto nunca había sufrido ninguna pérdida.  Y sin embargo se sentía mutilada”.


¿Por qué se sentiría mutilada nuestra protagonista? ¿De qué extraña sensación sería cautiva? La respuesta es sencilla: a ella le falta un sentido o un propósito en su vida. Pero, ¿Qué es el sentido de la vida?, es el rumbo que cada cual según su historia personal ha escogido, es el motor que cada mañana nos pone en funcionamiento, es el “para qué vivimos”, es la motivación de los seres humanos según la corriente psicológica de Víctor Frankl.
Víctor Frankl (1905-1997) fue un neurólogo y psiquiatra de origen judío; que  en 1942 fue deportado a un campo de concentración junto con su familia, durante su cautiverio desarrollo la teoría que más tarde plasmaría en su reconocido libro “El hombre en busca de un sentido” la que sostiene que incluso en las situaciones más aberrantes y de sufrimiento el hombre debe encontrar una razón para vivir basada en su experiencia interior.
Mientras que para otras escuelas psicológicas la motivación del hombre (entendido como especie y no género) pasa por la reanudación del equilibrio mediante el placer (Freud), y otros a través de la búsqueda del poder (Adler), para la tercera escuela Vienesa de Psicoterapia “lo que mueve al hombre es el sentido de su vida.”
¿Qué sentido tiene tu vida? ¿Para qué vives? ¿Alguna vez te lo has preguntado?
No respondas eufóricamente “porque tengo una familia que cuidar, porque me gusta la vida, porque…”, sólo estarías respondiendo con justificaciones o explicaciones, en cambio,  el “para qué” te lleva a una acción, hacia adelante: ¿Para qué vivo? Para amar, para trasmitir, para enseñar, para comunicar, para aportar mi grano de arena, etc. Observa como el lenguaje no es inocente, y respondiendo de esta forma te confiere un papelLa respuesta a la pregunta de cuál es el sentido de tu vida vive en ti, no la busques fuera, en otras personas, en libros, en maestros, porque en ti viven todas las respuestas a todas las grandes dudas de tu vida activo.
La respuesta a la pregunta de cuál es el sentido de tu vida vive en ti, no la busques fuera, en otras personas, en libros, en maestros, porque en ti viven todas las respuestas a todas las grandes dudas de tu vida.
Poder reencontrarte con tu propia brújula te hará redescubrir el rumbo de tu viaje, sabrás si has escogido el camino correcto, y en caso contrario, podrás retomar en cualquier desviación hacia dónde quieres ir.  
Hoy día vivimos en un ritmo acelerado, repleto de obligaciones, compromisos, actividades, y muchas veces pasamos como inadvertidos antes nuestra propia existencia.
Solemos dedicarnos poco tiempo a estar con nosotros mismos, y hasta incluso a veces nos desconocemos, por eso en algunas circunstancias o etapas nos asalta esa amarga conmoción de angustia y extrañeza, porque aun sabiendo quienes somos, y  donde estamos, nos hemos perdido, y descubrimos que queriendo ir hacia “a” terminamos en “b”, ¿Cómo puede ser posible esto? Estamos distraídos y abstraídos por la superficialidad de las cosas, actuamos en transparencia manejados por nuestras intenciones más recónditas y cuando las cosas no salen como quisiéramos, salimos a la caza de chivos expiatorios.
¿Qué sucedería si hacemos consciente nuestra intención y nuestros anhelos? ¿Si aprendemos a escuchar la voz de nuestro corazón y actuar en consecuencia? ¿A revelar el designio de nuestra experiencia?
Hay una frase de Federico Nietzsche que Víctor Frankl cita en su libro, y creo que tiene (al menos para mí) mucho significado “quien tiene un para qué para vivir, encontrará fácilmente el cómo". Es decir, significativo es el rumbo, la dirección, el punto cardinal hacia dónde vamos, porque “mecanismos”( el cómo) sobran, hay infinitas formas de llegar, un universo de posibilidades si tenemos claridad sobre nuestro RUMBO.
Pero cuidado no confundas RUMBO con LLEGADA, el rumbo es innato al viaje, y la llegada es sólo una estación dónde arribar, un puerto en dónde anclarnos, un resultado.
Y lo trascendental de la vida no es sólo dónde llegamos, sino también lo que aprendimos durante la marcha, ¿Imaginas todo lo que pierdes de aprender si te enfocas sólo en la meta? ¿Si durante el camino vas dormido? ¿Tendrá razón de ser el viaje?
Aunque muchos se la pasen bostezando, otros dando pestañitas, cabezazos, o durmiendo profundamente; todos sabemos que el gozo está en tener los ojos y el alma abiertos.
Parafraseando a Víctor Frankl, la vida no es algo, es la ocasión para algo, lo importante no es lo que el individuo puede esperar de la vida, sino lo que pueda dar.
“Yo diría que lo que el hombre quiere realmente no es, al fin y al cabo,
la felicidad en sí, sino un motivo para ser feliz. En cuanto lo encuentra,
la felicidad y el placer surgen por sí mismos.”
  Víctor Frankl
                      
Escrito por: Chuchi González
Coach Ontológico- Tallerista Motivacional- Escritora

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