Bienestar

Te quiero, pero…

Te-quiero-pero



Hoy te voy a proponer un ejercicio breve y muy útil para echar luz sobre todas tus relaciones.

Si cuentas con papel y algo para escribir y puedes dejar por escrito lo que va a ir surgiendo, mejor. Si no, con sólo seguir los pasos mentalmente estarás obteniendo resultados interesantes.

Pues bien, cuando tengas unos minutos libres, ya sea porque los dediques específicamente a esto, porque precises pasar tiempo improductivo (quizá en situaciones tales como viajando en transporte público o esperando que te atiendan en algún lugar) o simplemente, porque estás leyendo estas líneas, te propongo que repitas esta frase, pensando en las personas que te rodean, de a una (puedes empezar con alguien muy cercano o con quien tengas actualmente alguna duda/necesidad/conflicto/… en curso:

“Te quiero, pero…”

La idea, entonces, es pensar en alguien en particular y aplicar estas tres palabras a ese ser. Por ejemplo, elige a él o a ella ahora mismo: tu pareja (o quien quisieras que sea tu pareja, o tu ex), tu padre, tu madre, tu hermano, tu jefe, tu vecino/a, un amigo/a…

Y teniendo a esta persona en mente, tómate unos instantes para completar esta línea: Te quiero, pero… (lo primero que venga a tu mente).

Quiero que te enfoques tanto en la primera parte de la frase (te quiero) como en la segunda (pero).

Luego de pensar o de escribir lo que espontáneamente ha salido, vamos a la primera parte: “Te quiero”,

¿Realmente tienes este sentimiento hacia esa persona?
¿En qué medida?
¿La quieres más o menos de lo que pensabas?

¿Se te presenta otra palabra para acompañar o para modificar a estas dos (por ej., “te quiero mucho”, “ya no te quiero”, “te quiero aunque por lo que pasó, no tanto como antes”, etc.)? Todo lo que te venga a la mente está bien y es útil, acá no hay respuestas correctas o incorrectas.

Vamos a la segunda parte del ejercicio:
“Te quiero, pero”… (aquí, deja correr tus emociones y tu mente hacia donde quieran llevarte). Las respuestas que vayas obteniendo te darán la pauta de si hay asuntos pendientes con esa persona, si hay puntos para modificar, para ajustar o para aceptar, ¡o si no hay ningún pero! Y estamos ante un vínculo muy armónico. Una enumeración de hechos después del pero (o sea, varias oraciones) indicaría que hay diversos temas por resolver, ¡manos a la obra!

Con cada ser que vayas eligiendo, ten presente de qué manera pronuncias las tres palabras, si se te dificulta decirlas por alguna razón, si el sentimiento y la comunicación con el otro fluyen, si hay más después del “pero” de lo que imaginas, si alguien del pasado ya dejó de tener un lugar en tu corazón, si descubres nuevas perspectivas en tus relaciones con los demás…

Hay gente que decididamente nos hace felices y otra que, sin proponérselo –generalmente-, pone alguna piedra en nuestro camino para que aprendamos a sortearla de la manera más positiva y enriquecedora para nosotros. Lo importante es saber quién es quién en nuestra vida, cambiar lo que se puede, aceptar lo que no y disfrutar a pleno de todos los vínculos basados en el amor, en el cariño y en la comprensión que nos rodean.

¡Haz el ejercicio y luego comparte conmigo los resultados!

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