Bienestar

Tengo miedo

miedoUtiliza la energía del miedo para transformar tu vida positivamente

"Tengo miedo. Tengo miedo. No. No me pida confianza porque tengo miedo. Qué bueno que están aquí los medios de comunicación porque tengo miedo. Tengo miedo en este momento”.

 

Juan Pablo Carrasco estaba rodeado de policías pues había sido detenido por conducir a exceso de velocidad. Los agentes querían hacerle estudios de alcoholímetro. Pero Juan Pablo estaba nervioso, asustado. Era como ver a una presa frente a sus cazadores. Sus ojos totalmente abiertos volteaban sin cesar a su alrededor. Sus labios y su rostro pálidos lo decían todo. El hombre no mentía cuando insistía alarmado “tengo miedo”.

Cómo reaccionas
La vida siempre nos presenta retos. De la crisis económica mundial al calentamiento global. De la inminente y grave escasez de agua al día a día de la inseguridad en las calles. Como Juan Pablo, todas tenemos miedo. Y el panorama no es muy alentador. Pero es importante recordar que quizá no podamos hacer mucho para arreglar todos estos males pero sí está en nuestras manos cómo reaccionamos ante todos estos desafíos que la vida nos presenta. Nos deprimimos o salimos a luchar como lo hemos hecho tantas veces. Nos ensimismamos o hacemos equipo para juntas dar lo mejor de nosotras. Las mujeres lo sabemos bien, es la hora de convertir nuestro amor en fortaleza.

Mayor riesgo
Detrás de cada reto se esconde una oportunidad. Juan Pablo se hizo célebre. Su miedo captado por las cámaras de televisión y luego visto por más de 10 millones de internautas lo hacen ver como una persona, no tanto miedosa sino como una persona de carne y hueso. Tan normal como todas nosotras. Despierta empatía. Esa popularidad y ese reconocimiento le ha permitido independizarse y poner un negocio de limpieza. Claro, a él y a nosotras nos siguen preocupando asuntos como la influenza pero si nos paralizamos ante el miedo, si no tomamos control de nuestras emociones, entonces el riesgo se multiplica.

La cuerda floja
Todas nosotras deseamos vivir tranquilas. En todo caso queremos sentirnos autosuficientes, saber que tenemos la capacidad para enfrentar todo tipo de retos. Queremos sentir que somos capaces de alcanzar sueños, de ver crecer a nuestra familia, de saber que somos fuertes y muy creativas. Pero del mismo modo que el enriquecimiento al que aspiramos, del mismo modo el miedo y la ansiedad se apoderan de nuestro ser. Cuando sentimos que estamos en control todo parece marchar sobre ruedas pero cuando permitimos que la ansiedad nos maneje entonces dudamos de cada paso que tomamos. Pareciera que caminamos sobre una cuerda floja. La vida se vuelve una especie de supervivencia y no una razón para celebrar cada momento de la vida misma.

Se acumula
Pero al igual que Juan Pablo, cuando nos damos cuenta de nuestro gran miedo, la vida comienza a retomar un nuevo cauce. Y es que la ansiedad y el miedo se apoderan de la mayoría de nosotras y, peor, muchas veces simplemente tratamos de mediar con ella como si fuera algo normal. Se va acumulando. Lo cierto es que el miedo nos quita salud, eleva el estrés, afecta severamente nuestro equilibrio emocional. Y quizá lo más importante, nos roba de nuestro maravilloso presente. Cada instante que vivimos, en vez de ser una celebración a la vida, se vuelve un angustioso momento para pensar en un temeroso futuro. Nos hace sentir inseguros y nos volvemos día a día más pequeñitos.

Nos atormentamos solitas
Al escribir estas líneas debo confesarte que yo misma he sentido miedo. Que en varias ocasiones me sentí paralizada por el temor del qué pasará. Y con ello la vida me fue pasando por de frente. Del mismo modo debo confesar que el miedo y la ansiedad en muchas ocasiones son totalmente irracionales. Algunas fundamentamos los miedos en futuros sumamente improbables y con ello atormentamos la mente. La castigamos. La envolvemos de ideas perjudiciales. La atrofiamos. Sea cual sea el nivel de temor donde nos encontremos, es momento de decir basta. Es momento de convertir nuestros miedos, indecisiones y enojos en acción positiva, en poder y sobretodo en amor a la vida. Amor al presente. Fue con esa determinación que comencé a tomar el avión sin miedo, a manejar sola, a socializar, a vivir a plenitud.

Personas creativas
La agorafobia es bastante común. Cada día se avanza más en la investigación y en los tratamientos. Hay, por lo tanto, muchas maneras para apaciguarla. Algunas funcionan mejor para unas personas y otros remedios para otras. Si padecemos de ansiedad por arriba del promedio, lo primero que debes saber es que eres una persona muy especial. El miedo no anda en burro, bien dicen. Pues sí, normalmente se trata de personas con niveles intelectuales superiores. Son personas muy creativas, analíticas y que ponen mucha atención a los detalles. Estas características les permiten obtener logros maravillosos. Lo malo es que estos mismos atributos pueden utilizarse para autosabotearse. Por ejemplo, llegan a rumiar mentalmente tanto que se paralizan. Utilizan su gran imaginación para inventar los peores futuros.

Hora de cambiar
Ya es momento de cambiar ese miedo, ese temor, esa parálisis que carcome tu vida. Empieza a imaginar una vida diferente. Comienza a imaginar esos grandes atributos que tienes para que en vez de trabajar para destruirte, los utilices para enriquecerte. Que tus atributos sean tu fortaleza no tu debilidad. Imagina la vida que te espera. ¿Dónde estarías ahora mismo si el miedo y la ansiedad no te frenaran? ¿Qué estarías haciendo? ¿Qué estarías disfrutando justo en este momento? ¿Qué estarías haciendo diferente si no tuvieras miedo de fracasar o miedo al éxito? ¿Qué riesgos tomarías si no tuvieras miedo? ¿Qué pasaría si no te preocupara tanto el qué dirán? Seguramente tu vida sería muy diferente. Al menos estarías más contenta contigo misma, tendrías mayor autoestima. El momento de transformar el miedo en poder, en tu mayor poder, ha llegado.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

*