Somos seres adultos autónomos
Salvo en nuestra infancia y en nuestra adolescencia, hasta que aprendemos a valernos por nosotros mismos, el resto de nuestra vida somos absolutamente responsables de nuestras propias decisiones.
Gozamos de autonomía para decidir qué hacer y qué no. Qué cosas tolerar y a cuáles ponerles el límite necesario. Con qué personas rodearnos. Qué callar y qué decir, por el bien de nosotros y de quienes nos rodean (en ese orden). Qué de lo heredado aceptamos y qué preferimos obviar. Qué hacer o dejar de hacer con nuestro tiempo libre. Todo esto, independientemente de tener una pareja o a nuestra familia.
A las claras, la comunicación y la interacción con quienes nos rodean es imprescindible. Somos seres sociales que precisamos a nuestros semejantes para sentirnos plenos.
Pero en todo momento, podemos tomar la decisión que mejor nos parezca para darle un giro a nuestra vida para el lado que deseamos. Si alguien te dice o intenta hacerte creer lo contrario, tan solo te está opacando o manipulando.
Tal vez hasta ahora, por la razón que fuera, dejaste que otros se hicieran cargo de temas personales y el costo ha sido alto: hoy es un buen día para decidir algo diferente. Solo tú tienes acceso a tus pensamientos ya tus emociones y puedes buscar la ayuda que requieres (en caso necesario) para hacer frente a situaciones a las que es hora de que les pongas un punto final (o inicial).
¿Te sientes un ser autónomo? ¿Qué haría falta para que lo seas?
Escrito por: Merlina Meiler
www.mejoraemocional.com