Publicado por: Regina Kuri
Constantemente se menciona que para salir de un problema de adicción es necesario tocar fondo. Pero ¿qué tan profundo debe ser el fondo? ¿Hasta dónde se pretende llegar, tanto por parte de la familia como parte de la persona adicta? Accidentes, embarazos no deseados, violaciones, robos, prostitución, suicidio, todos estos y más podrían llamarse fondos.
Ciertamente cuando una persona consume drogas, esta va atravesando muchas líneas, límites y se van tocando varios fondos, desde luego la profundidad es progresiva, y aunque parezca un tren sin conductor sí existen maneras de detenerlo. Preferible tomar acción a tiempo, a decir que fue demasiado tarde.
Es alarmante el aumento en el índice de suicidios en el mundo, en particular entre los adolescentes. A lo largo de mi vida se han ido al menos seis personas de esa manera y como un común denominador entre ellos, todos eran adictos al alcohol y otras drogas. No me refiero a que la única causa que puede llevar al suicidio a una persona sea la adicción o el consumo de sustancias, existen otras causas principales como la ausencia de padre o madre, haber sufrido una violación o abuso sexual, la desolación que causa la falta de oportunidad, problemas económicos, depresión, trastornos mentales, entre otros.
El caso de la automedicación cuando la persona tiene algún trastorno depresivo puede llevar a una depresión aun más profunda dejando a su percepción el suicidio como única puerta (falsa) de salida para encontrar la paz. Se genera un círculo vicioso en el que la persona misma es la que se genera adicción con la sustancia y por lo tanto más depresión. Para salir será necesario que reciba ayuda profesional, lo que debió haber hecho desde un principio.
Según la Organización Mundial de la Salud, el índice de suicidios en el mundo ha aumentado en un 60%, y por cada veinte personas que lo intentan una lo consigue. Según el Instituto Mexicano de la Juventud el suicidio es la segunda causa de muerte entre la juventud mexicana, la primera es a causa de accidentes automovilísticos y la mayoría son causados por el uso de sustancias psicotrópicas. El alcohol tiene que ver con el 57 % de los suicidios entre jóvenes y tres de cada diez personas que planean quitarse la vida están entre los 15 y los 19 años.
Las principales señales que arrojan las personas cuando tienen pensamientos suicidas profundos, o incluso que están cerca de intentarlo: consumo excesivo de alcohol y otras drogas, conductas violentas contra sí mismo y los demás, dejan de comer, aislamiento, depresión.
La mejor manera de ayudar a estas personas es con una terapia, hacer un diagnóstico oportuno ya sea de algún trastorno mental, enfermedad de la adicción, depresión, ausencia de sentido de vida, entre otros. Primero se atiende la enfermedad primaria para posteriormente aplicar una terapia que alivie todos los sentimientos negativos y resentimientos contra los demás.
