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Dejar a los niños al cuidado de los abuelos representa un ahorro importante para la familia, ya que una guardería, pública o privada supone un gasto mayor. En algunos casos las cuotas de estos establecimientos privados representan hasta la mitad del salario mínimo interprofesional (540 euros). En otros, sobre todo para las familias con menos renta, son casi imposibles de alcanzar.
Sucede que en España, el 33% de las mujeres se reincorpora al trabajo antes de que abra el colegio y el 59% abandona la oficina después de que el centro educativo ha cerrado sus puertas, con lo que le resulta complicado acompañar o recoger a sus hijos e hijas. Como consecuencia directa, la figura del abuelo ha cobrado importancia y, sobre todo en edades tempranas, han suplantado la función que tenía antaño la guardería. Así lo ha confirmado un estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), concluyendo que actualmente más de la mitad de abuelos españoles cuida a sus nietos. De este porcentaje, casi el 50% lo hace todos los días, un 30% varias veces a la semana y un 25% sólo algunos días.
Trabajar sin su ayuda: misión imposible
Estos sondeos entre las madres revelan que sin la ayuda de los abuelos -en su mayoría maternos- no podrían acudir a su puesto de trabajo. Este fenómeno, sin embargo, también se ha mirado bajo otro prisma: la libertad de los mayores. Según la Asociación Española de Abuelos y Abuelas en Marcha (ABUMAR), es cierto que ahora los mayores reemplazan a las guarderías y eso mismo, por otro lado, les impide disfrutar de esta etapa de su vida, aún teniendo mayor independencia económica que décadas atrás.
Compatibilizar las tareas del hogar, familia y empleo resulta cada vez más complicado, sobre todo en España, donde se trabaja un mínimo de ocho horas que, en un trabajo de jornada partida, suponen varias horas más fuera de casa. Por este motivo, entre las principales dificultades identificadas por el 36% de las madres españolas para trabajar y a su vez cuidar del hogar, se encuentran las enfermedades de los niños; la falta de coordinación de los horarios laborales y escolares, en el 24% de los casos; y las vacaciones de los menores, en un 20%. Son los abuelos entonces quienes se encargan del cuidado de los niños cuando están enfermos -en el 49% de los casos-, y se responsabilizan de su cuidado en el 53%.
Claro que no siempre los abuelos están presentes o residen lo suficientemente cerca como para brindar su ayuda. En estos casos, la familia se encuentra en problemas, ya que de no poder contar con la presencia de los mayores por cualquier contingencia que suceda con los niños, generalmente son las madres las que deben faltar a su empleo o, en el mejor de los casos, deben acudir al mismo con el niño.
Por su parte, los abuelos también contribuyen ocasionalmente a que el matrimonio goce de unas óptimas vacaciones, ya que cuando estos faltan, muchas parejas deben disfrutarlas por separado. Según la encuesta del CIS, algunas mujeres deciden tener menos hijos de los que realmente quieren, porque los abuelos están lejos de su casa, siendo éste, un gran obstáculo para ello.
Trabajo consentido: cuestión controvertida
Si bien es cierto que el gran esfuerzo que realizan los abuelos para el cuidado de sus nietos es agotador, también es importante destacar que el sentimiento de soledad expresado en la encuesta desciende del 26,8% al 13,4% cuando cuidan a sus nietos.
Una pequeña encuesta elaborada por el Grupo de Investigación en Gerontología de la Universidad de Barcelona entre abuelas que cuidan de sus nietos más de 12 horas semanales revela que algunas podrían sentirse decepcionadas si sus hijas no les llegaran a pedir ese favor. Además, la mayoría se muestran satisfechas porque la tarea encomendada les hace sentirse útiles. Sin embargo, cuando se les pregunta si se sienten esclavas en alguna medida, responden que tal condición la observan en sus pares que superan los 75 años.
Hablar del concepto de esclavitud de los abuelos representa una cuestión controvertida, ya que deben tenerse en cuenta algunas variables que muchos estudios no consideran. Una de las principales es la soledad que puede afectar a los mayores. Sobre ello, influye el temor a que si en algún momento estos se quejan de su "trabajo" o muestran síntomas de cansancio a causa de él, sus hijos decidan no encomendarles más el cuidado de los niños, situación que derivaría en un cuadro de soledad complicado.
Los 'caprichos', también alivian la economía familiar
Los nietos también se ven beneficiados por el rol que ocupan los abuelos en la familia. Las pequeñas ayudas que estos les puedan prestar, por citar algunos ejemplos, bajo la forma de pagas u obsequio de determinados "caprichos" o regalos más o menos importantes (viajes, ordenadores, bicicletas, etc.) aparecen como una gran ayuda para la economía de muchos padres y madres, que se deben ajustar a un presupuesto cada vez más 'apretado', teniendo en cuenta el creciente endeudamiento familiar.
Fuente: Consumer.es