Bienestar

Transformaciones

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Autora: Merlina Meiler

Cada situación por la que pasamos, sentimientos que nos embargan o emociones que nos envuelven tienen su opuesto.

Piénsalo con detenimiento… no puede existir la oscuridad sin claridad, ni el odio sin el amor. Y esto es así para todos. De ti depende transformar eso que te está agobiando en su contrario, o alejarte lo más posible de ese elemento de la dualidad.

Hace algunos años leí un libro, el Kybalion, que detalla estos conceptos. Señala que “Todo es dual; todo tiene dos polos; todo tiene su par de opuestos entre sí… Los semejantes y desemejantes son los mismos; los opuestos son idénticos en naturaleza, difiriendo solo en grado; los extremos se tocan”. Este principio encierra la verdad de que todas las cosas manifestadas tienen dos aspectos, dos polos con muchos grados entre ambos extremos. Este hecho es el que permite transmutar un estado mental en otro de igual clase. (Por ejemplo: El odio puede neutralizarse si se transmuta en amor, el miedo en confianza, la tristeza en alegría, la violencia en paz, la ira en perdón, el frío en calor, etc.). El Kyballion afirma que “Los cambios mentales se producen por un cambio de polaridad, por un deslizamiento a lo largo de la misma escala”.

Cuando pongo estas ideas en práctica, me imagino una línea con los dos elementos opuestos en los extremos (por ejemplo, vacío/plenitud, salud/enfermedad, soledad/compañía, tristeza/alegría) y trato de visualizar en qué punto de la recta me encuentro. Obviamente, nunca estamos en las puntas sino que oscilamos más cerca de un extremo o del otro. Entonces, pienso de qué manera puedo alejarme del polo que no me gusta y de acercarme al que tanto deseo – el sólo sentir que estoy en movimiento hacia donde quiero ir me hace sentir mejor.

Si, por ejemplo, estás pasando por un momento de desasosiego o de ansiedad, remóntate a algún instante en el que hayas estado tranquilo. Recuerda qué hacías en esos momentos, cómo te desenvolvías, qué pasaba en tu vida, quiénes te rodeaban. Con esto en mente, imagina en qué lugar de la recta estás. Mira hacia adelante: ya has estado bien cerca del otro extremo, lo has palpitado, ha formado parte de tu vida, ¡tienes la capacidad de volver a lograrlo! Delinea algunas acciones que te vayan ayudando a que, a su propio ritmo, dejes el polo opuesto atrás y te adentres en el terreno que buscas.

Si no tienes pareja o trabajo, en caso de enfermedad o lo que sea que quieras transformar, utilizar este método puede ayudarte.

¿Qué estás dispuesto a transformar?

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