Veo a mi marido y me preocupa. No dice mucho pero sé que algo lo tiene desmotivado. Antes renegaba de todo, ahora simplemente no dice nada. Se queda horas viendo la televisión por la noche. No duerme cuando debe. En la mañana se queda dormido. Desganado… Cuando se llega a estados tan fuertes de depresión más vale consultar un médico. Hay medicinas que ayudan a salir a las personas para que recobren más rápidamente la alegría de vivir. Que sirven para retomar el paso. Pero antes de llegar a tan grave situación, podemos hacer mucho para prevenirlo.
Todas tenemos momentos donde la energía se nos va. Cuando sentimos que hemos perdido la brújula. A todas nos pasa, a los hijos también. No metí goles, no sirvo para nada. Creemos ser personas sin valía y sin destino alguno. Como cuando pensamos que hacemos muy poco, que no somos eficientes, y ello nos preocupa tanto que nos sentimos frustradas por nuestro pobre desempeño y con ello nos vamos apagando a nostras mismas. Al negar nuestra productividad estamos echando energía buena a la mala. Nos hacemos chiquitas y entramos así en un círculo vicioso, altamente perjudicial.
Nuestro pasado es quizá nuestra mejor fuente de energía. O la peor. Todo depende de la historia que reconstruimos. De lo que cada una se cuenta a sí misma, sobre su salud, como madres, hijas, esposas. ¿Qué nos estamos diciendo? Si nuestro pasado lo vemos como una serie de acciones dañinas, tristes, donde somos una pobre victima, o una torpe mujer, entonces estamos creando energía negativa. Si recordamos los momentos donde hemos destacado o si vemos los momentos donde hemos caído pero también nos hemos levantado con fuerza, entonces adquirimos energía renovada para enfrentar nuevos retos.
| Fuente de energía En una gran mayoría de los casos, las personas nos contamos una historia personal que no refleja la realidad. Nos centramos en el dolor, en los daños, en los fracasos y las culpas. Interpretamos el pasado con lentes distorsionados. Normalmente no nos fijamos lo fuerte que hemos sido. Que para estar aquí nuestros antepasados han debido luchar ante mil y una fatalidades. Empieza por recontar la historia de tu familia a tus hijos. Demuéstrales que vienen de personas valiosas, heroicas. Luego recuerda cuáles son tus propósitos en tu vida y recuerda como los has ido construyendo a pesar de las muchas desventuras. Así harás de tu pasado, tu mejor futuro. |
