Escrito por: Vivian Diller*
Hemos tenido abismos entre generaciones y entre géneros. ¿Estamos listos para el abismo entre canas?
Desde que puedo recordar, siempre ha habido un estándar doble sobre dejarse “gris”. Hombres como George Clooney, Richard Gere y Bill Clinton, no sólo muestran sus rizos claros, ¡sino que parecen verse mejor con ellos! Los hombres que se ponen tinte a veces quedan con un look poco natural y extraño. Ahora, esto podría estar cambiando. Los productos son mejores y las vulnerabilidades más aparentes.
En un reciente programa de NBC Today, hablaba con Donny Deutsch sobre encanecer en la mediana edad. Donny—que se veía muy bien con su tono sal y pimienta—me dijo que cada vez hay más hombres que van al salón de belleza, no solo a teñirse el cabello, sino para hacerse pedicure y manicure. La cosa es que, dijo, “la mayoría de los hombres no lo admiten… no conozco uno solo que lo haga.” Yo añadí que, como vivimos más, nos enfrentamos a una cultura obsesionada con la juventud, lo hablemos abiertamente o no. Ambos concordamos en que los hombres le ponen más atención a su apariencia, pero no se sienten tan cómodos compartiendo sus rutinas de belleza con otros como es el caso de las mujeres.
Mientras tanto, ha habido gritos de guerra más fuertes entre las mujeres para resistir los mensajes anti-edad. La belleza auténtica está in. Lo plástico está fuera. “¡Todos de gris!” escuchamos. “Enorgullécete de tus rizos plateados. ¡Es fresco, incluso sexy!” Pero aunque muchas mujeres apoyan la nueva tendencia—especialmente cuando se trata de que “otras” den el gran paso—aún hay mucha ambivalencia al respecto. “Lo haría en un minuto, si no me preocupara verme como mi abuela,” o “Estoy más que lista, pero ¿qué pensarán los demás?” son respuestas comunes. Incluso aquellos que están impacientes por dar ese paso dicen: “No me preocupa ser gris, sino cómo hacer la transición.”
A pesar de que muchos quieren saltar al carro alegórico que dice “Los 50 son los nuevos 30”, la mayoría de hombres y mujeres expresan una legítima angustia por el impacto que podría tener el cabello gris sobre sus carreras, sus relaciones y sus autoestimas. Los hombres quieren verse lo suficientemente en forma para conseguir un buen trabajo. Las mujeres se preocupan de que les ponga más años en el rostro y, posiblemente, que envíe el mensaje de que se están descuidando.
Dicha sea la verdad, no hay muchos modelos a seguir en este movimiento de “todos de gris”. Ninguna de las 15 mujeres de la lista de Fortune “500 CEO femeninas” tenía cabello gris el año pasado, y solamente 5 de las 93 mujeres en el congreso muestran sus canas. Hay pocas actrices, como Betty White, Helen Mirren y Judi Dench, que portan con orgullo sus melenas blancas en pantalla, incluso en el papel ocasional que requiere canas para actuarlo— ¿recuerdan que Streep se pintó de blanco para representar a Miranda en “El diablo viste a la moda”? Pero las demostraciones públicas a favor de las canas femeninas aún son poco frecuentes y efímeras.
Aunque tirar por la borda la tradición de cinco décadas de teñirse el cabello sigue provocando una gran variedad de miedos entre las mujeres, sí se está gestando un verdadero “Movimiento Gris”. Es apoyado por nuestra reciente población mayor; mujeres que buscan maneras de verse atractivas sin recurrir a medidas radicales para regresar el reloj. Y aunque los hombres siguen teniéndola más fácil en el tema de sus canas—que los hacen ver distinguidos, incluso elegantes—cada vez hay más varones que reconocen las presiones para verse más joven que existen en nuestra cultura.
Las mujeres luchan, se rebelan contra las campañas anti-edad, y cada vez más hombres reconocen que tienen retos propios. El hecho es que, todos envejecemos y encanecemos conforme pasa el tiempo. Y, como vivimos vidas más largas—con canas en la cabeza durante más años que antes—el abismo entre géneros parece reducirse conforme enfrentamos esta realidad. En otras palabras, las cosas ya no son blanco y negro.
Algunos hechos “grises”
- Encanecer es un fenómeno natural propio de la edad, pues los folículos en la base del cabello pierden melanina.
- Las canas son hereditarias. La mayoría de las veces encaneceremos si nuestros padres o abuelos lo hicieron.
- Una mala nutrición, deficiencia de vitamina B y hierro, problemas de la tiroides, albinismo, fumar y otras toxinas del ambiente, también contribuyen a la aparición de las canas.
- Los caucásicos tienden a encanecer antes (a los 30 años) que los chinos (casi llegando a los 40) y que los afroamericanos (mediados de sus 40).
- Mientras que, en promedio, la mayoría de la gente empieza a encanecer entre los 30 y los 40, los cabellos blancos pueden aparecer en cualquier momento. Las personas que se llenan de canas antes de los 40 son considerados “encanecidos prematuros”.
Datos sobre la “población gris”
- Más del 40% de los estadounidenses tendrán cabellos grises alrededor de los 40 años.
- Si la gente no se tiñera el cabello, la mitad de nuestra población actual tendría la mitad de la cabeza gris.
- Más del 50 por ciento de las mujeres se pinta el cabello. Aproximadamente 15 por ciento de los hombres también, aunque algunos dicen que hay más que lo ocultan.
- Hay más de 78 millones de Baby Boomers (generación de la posguerra) en EUA. Los más grandes cumplieron 65 este año, y 10 mil más llegarán a ese punto cada año durante los próximos 19.
- Tan solo el año pasado, se gastaron aproximadamente 2 billones de dólares en productos para teñir el cabello de las mujeres, y 150 millones en los de los hombres.
- La mujer promedio gasta 330 dólares al año en productos para pintarse el cabello.
Entonces, ¿qué podemos interpretar del creciente interés de las mujeres en dejarse las canas y el de los hombres en teñirlas?
El doble estándar sobre las canas tiene su origen en los distintos roles que tiene—y ha tenido en los últimos miles de años— la apariencia en la vida de hombres y mujeres. Recordemos que la función primordial de la mujer en la historia era atraer un compañero y procrear. Hace poco más de 100 años, el promedio de vida era aproximadamente 48 años, así que las mujeres morían mucho antes de tener cabellos blancos. Como resultado, hay una fuerte asociación entre la apariencia de las canas y la pérdida de fertilidad de la mujer, así como de su valor en la sociedad.
Esta conexión está muy probablemente grabada en los cerebros, tanto de hombres como de mujeres. Fue apenas con la revolución feminista que los roles de las mujeres se han extendido y sus vidas han ido más allá de la edad de crianza. En los 70, cuando se descubrió que los tintes y los químicos eliminan lo gris con seguridad, la coloración del cabello se volvió una rutina para las mujeres con tal de evitar verse viejas y sentirse menos valoradas.
En contraste, la función primaria del hombre en la historia ha sido de protector de su clan; ir a cazar y cuidar. Durante miles de años, el valor de un hombre se basaba primordialmente en su fuerza y su poder. Un poco de sal—ni siquiera el cabello totalmente blanco—no está asociado necesariamente con la pérdida de dicho rol. De hecho, el cabello blanco solía significar más resistencia, la habilidad de sobrevivir lo suficiente para obtener mayor sabiduría y poder. Sólo piensa en las pelucas blancas de nuestros padres fundadores. En tiempos coloniales, muchos hombres utilizaban pelucas para verse mayores y resaltar su apariencia patriarcal.
Conforme los roles de las mujeres continúan expandiéndose, el cabello encanecido tiene la oportunidad de asociarse con los valores de la sociedad moderna. Hay más mujeres en la fuerza de trabajo como nunca antes, y muchas están consiguiendo puestos de alto nivel que incluyen mayor poder e influencia. Con estos avances vienen más canas visibles y más mujeres que las utilizan como una declaración de estilo. No se trata de dejar que el cabello se aclare o de ser pasiva ante la apariencia, sino de encanecer en un modo proactivo.
Al mismo tiempo, los hombres comienzan a sentirse menos apenados de cuidar su apariencia. Cada vez se sienten más cómodos haciendo públicos sus esfuerzos para verse más jóvenes, no sólo tiñéndose el cabello, sino admitiendo en ocasiones el uso regular de la cirugía plástica y el Botox. Lo que alguna vez fue visto como signo de vanidad, inseguridad y feminidad, poco a poco se ven como rutinas de los hombres que buscan verse bien y mantenerse en forma conforme envejecen.
“¿Encanecer o no encanecer?” Es solo una de las muchas elecciones que los adultos afrontan al envejecer en una cultura motivada por la juventud. Ansiosas de autenticidad, más mujeres celebran sus mechones plateados en lugar de ocultarlos, mientras los hombres más conscientes de la imagen deciden teñirse los suyos. Otra división de géneros parece derrumbarse.
¿Crees que el doble estándar que rodea al cabello gris está cambiando? ¿Hay mujeres en tu vida que están considerando dejar su cabello encanecer? ¿Hay más hombres tiñendo el suyo?
*Vivian Diller es psicóloga, bailarina profesional y modelo. Conocida por sus artículos de belleza, envejecimiento, medios, modelos y bailarinas. Es autora del libro Face It: What Women Really Feel As Their Looks Change una guía psicológica para ayudar a las mujeres a lidiar con sus emociones respecto al cambio en su apariencia.