En 1998 durante la investigación sobre un incendio forestal, los inspectores encontraron, en medio de un área devastada por las llamas, a una persona vestida de buzo con aletas y tanque puestos. La persona no estaba quemada pero estaba muerta. A través de su registro dental lograron identificarlo. Su familia declaró que el buzo había salida al mar justamente el día del incendio y no había regresado desde entonces.
¿Cómo había sido posible que el buzo acabara en medio del bosque? Pues resulta que los helicópteros que controlan incendios utilizan grandes cubetas para sacar agua del mar y llevarlo a los bosques en llamas. Y pues sí, el buzo estaba en el mar alegremente observando especies marinas y un instante después, el pobre, se encontraba flotando por los aires.
Kirk Douglas, al poco tiempo de haber sufrido una embolia (stroke) - por lo que perdió el poder hablar claramente- publicó una autobiografía: “A stroke of luck”. Mi ataque cerebral me enseñó mucho. Y a pesar de todo lo que me robó, también me dio abundantes lecciones. Mientras me curaba, mi vida cambió para mucho mejor. Ahora lo deseo compartir:
- Cuando las cosas van mal, siempre recuerda que pueden ir peor.
- Nunca, nunca te rindas. Siempre trabaja en tus palabras y en tu vida.
- Nunca pierdas el sentido del humor. Ríete de ti mismo. Ríete con los demás.
- Libérate de la depresión pensando y ayudando a los demás.
- Haz con los otros lo que deseas que te hagan contigo.
- Ora, no para que Dios te ayude sino para que tú misma te ayudes.