¿Quién no desearía proteger a sus seres queridos de cualquier infección por parásitos? Seguramente todos. Para lograrlo, debemos tomar acciones que nos permitan mantener la adecuada higiene en nuestro entorno.
De acuerdo con el Dr. Alfredo Morayta, Médico Pediatra Infectólogo y Ex presidente de la Asociación Mexicana de Infectología Pediátrica, “la parasitosis intestinal ocupa el segundo lugar entre las enfermedades transmisibles reportadas, superada sólo por las infecciones respiratorias.
Las parasitosis intestinales pueden manifestarse a través de una gran de variedad de síntomas, como dolor abdominal, cansancio, malestar general, gases nauseas, vómito, diarreas frecuentes, estreñimiento e incluso enfermedades debilitantes como anemia.”
Por ello, aseguró el especialista, “si se presentan estos síntomas, se debe acudir al médico y desparasitar a todos los miembros de la familia dos veces al año, tal y como lo recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS).”
De acuerdo con el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica, en México, aproximadamente 7 de cada 10 personas tienen amibas y/o lombrices en los intestinos en zonas de alta prevalencia, tales como Oaxaca, Guerrero, Sinaloa, Baja California Sur, Yucatán, Tabasco y Chiapas.
Los grupos de mayor riesgo, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la UNICEF, son los niños de entre 2 y 5 años (que en México representan el 7.72% de la población), adolescentes (que son el 9.8% de la población mexicana) y mujeres en etapa reproductiva (que en nuestro país representan al 24.56% de la población).
Ante esta situación, y con el objetivo de continuar difundiendo información que permita evitar contraer una infección por parásitos, Janssen México inició su Campaña de Desparasitación 2013, a través de la cual ofrece a la población, información útil para evitar la parasitosis.
Enemigo en casa
De acuerdo con Montserrat Sabio, Nutrióloga y Académica especializada en Servicios de alimentación e Higiene, “la infección por parásitos se inicia cuando comemos o bebemos alimentos que contienen los huevecillos o quistes de parásitos y una vez en el interior del organismo, los parásitos se aprovechan de nuestro cuerpo para sobrevivir”.
Agregó que “uno de los lugares del hogar que está más expuesto a la contaminación parasitaria, es la cocina, y que la mayoría de las enfermedades que se transmiten por alimentos son provocadas por la contaminación biológica, por lo que es necesario redoblar esfuerzos para mantener limpia la cocina y prevenir la parasitosis, particularmente en fechas donde la gente come fuera de casa, como es el caso de las vacaciones”.
Explicó también que los alimentos que pueden contener parásitos en mayor cantidad son: agua, carnes crudas, pescados, frutas y verduras; aunque si no se toman las precauciones necesarias se puede contaminar cualquier alimento, por colocarlo en una superficie sucia o tocarlo con las manos sin lavar.”
ABC para una cocina limpia
Además de la desparasitación de todos los miembros de la familia dos veces al año, señaló que es necesario se tomen las siguientes acciones para lograr tener una cocina libre de parásitos:
- Lavarse las manos después de ir al baño y antes de cocinar.
- Lavar con agua y jabón y desinfecta frutas y verduras.
- Consumir carnes, pollo, pescados y mariscos bien cocidos y evitar su consumo crudo.
- Utilizar tablas para cortar los alimentos de superficies fáciles de lavar y que no acumulen suciedad, y evitar las tablas de madera.
- Conservar el bote de basura tapado para evitar la presencia de moscas.
- Procurar mantener la cocina ordenada y limpia. Lavar las superficies con jabón y fibra, enjuagar y aplicar una solución de cloro, yodo u otro sanitizante para mantenerlas higiénicas.
- Colocar las carnes, aves, pescados y mariscos crudos en recipientes cerrados o en bolsas de plástico para evitar que sus jugos caigan sobre otros alimentos.