Hoy vamos a tratar amigas queridas, un tema bien lindo e interesante como desestresante, con el ánimo de darnos cuenta aquí y ahora, cuán importante resulta poner atención a nuestras manos diariamente.
Nuestras uñas… ¿cómo llevarlas?
La mujer por naturaleza siempre tiene sus manos muy lindas: delgadas o gorditas, blancas o morenitas, chiquitas o de pianista. ¿Cómo son las manos de una, o de un pianista?… Pues con dedos largos y muy hábiles para tocar el piano y con él… ¡El alma!
Nuestras manos no son exigentes, se conforman a veces con un poquito de agua, jabón, cremita y cariño. Usa bien el esmalte de uñas. ¡Ah!… pero nuestras uñitas queridas si son muy exigentes: “Hey, déjanos crecer”, “No nos cortes demasiado, duele”, “Ay, me lastimaste la cutícula”, “Nos vemos más bonitas con aquel otro color”, “No te rasques con nosotras, nos llenas de bichitos”, “No escribas tan rápido en el teclado, nos vamos a quebrar”, “Sácame la basurita, me veo sucia”, “Límame despacio, me vas a sangrar”, etc.
No es fácil tener contentas a nuestras amadas uñas, a veces tan frágiles y delicadas, que al menor apachurrón, ya están reclamando su atención. Ninguna quiere lucir menos hermosa que la otra, son celosas y engreídas, chocantes en general… ¡Pero divinas!
Uñas, esmalte, manos, manicura. Cuando una uña de las manos falla o falta, las otras se molestan: “Nos haces ver feas a todas, no se vale”, “Te dije que tuvieras cuidado”, “Tú te ves más grande y larga que yo, agáchate tantito”, “A ti te ponen más atención que a mí”, “Noooo, ese corta uñas no, mejor con tijeritas”, “Nos arde esa acetona, mejor cómpranos un quitaesmalte de calidad, nos lo merecemos”… ¡Puf!, sí que son latositas nuestras queridas uñas. ¿Quién las entiende?
A algunas mujeres les gusta usar uñas de acrílico o de cristal, se gastan fortunas en mantenerlas impecables, otras las prefieren naturales, aunque para lograr tenerlas largas tengan que permanecer toda la noche, soportando el olor a ajos frotados en sus dedos, para estimular el crecimiento.
Otras mujeres estilan sus uñas cortitas y sin mucho esmalte, (especialmente las profesionales de la medicina y la salud), pero igual todas lucen muy hermosas cuando se les atiende con amor.
¿Pero qué decir de las uñas de los pies?… ¡También reclaman lucir coquetonas y hermosas!… no se quieren quedar atrás ni abajo, aunque permanezcan siempre sobre el suelo.
Estas no son tan exigentes como las del cielo, se conforman con una buena pedicura, normalita pero formal cada 8 o 15 días… ¡Ah!, pero exigen a su dueña usar zapatillas o sandalias de colores llamativos, abiertas y bien ventiladas… ¡Les encanta respirar, aman la libertad y hasta ver el sol!
Mis respetos y cariño.
Escrito por: Doral