Se supone que las vacaciones sean ese momento de relajación y liberación, de descanso; una oportunidad de disfrutar de la pareja y los hijos; un paréntesis a las tensiones y el estrés de la vida diaria. Sin embargo, en ocasiones puede resultar lo contrario. Los problemas para los que no nos hemos dado tiempo de hablar, de pronto pueden surgir y hacer que el oasis que esperabas en tus vacaciones, se desvanezca.
A lo largo del año, con el trabajo, la rutina, los compromisos y el estrés diario, es posible que no nos demos tiempo para comunicarnos con nuestra pareja. Es común que surjan malestares, pero los dejemos de lado porque estamos demasiado ocupados, cansado o inmersos en nuestra vida para tratarlos. El problema es que al llegar las vacaciones y sin la evasión que supone el trabajo, esas molestias salen a la superficie.
Si existen temas difíciles, lo mejor sería hablarlos antes de las vacaciones. La falta de comunicación es causa de la mayoría de los problemas en la pareja; es por eso que es importante mantener una buena comunicación con nuestra pareja tanto si estamos de vacaciones, como si no.
También es importante que no se idealicen las vacaciones, pues si no se cumplen las expectativas que teníamos, es común que nos sintamos frustrados y surjan más conflictos. Es necesario aclarar desde el principio qué es lo que espera cada uno de las vacaciones, estar en el mismo canal para evitar problemas más adelante. Pensar si se buscan unas vacaciones relajadas en casa o un viaje exótico. Elegir actividades que ambos quieran realizar; si desean hacer cosas distintas, aprender a ceder y encontrar el balance entre lo que quieren realizar. Así mismo, darse espacio; pues el hecho de que estén de vacaciones no implica que deban pasar todo el tiempo juntos.
El dinero suele ser causa de conflictos; es por eso que conviene hacer un presupuesto y considerar los gastos que se realizarán para que no sea un problema en tu viaje. Mandar a los hijos con familiares o algún campamento por un rato, también puede ser una buena idea para fomentar la intimidad y estimular un poco el romance.
Las vacaciones pueden ser una oportunidad para reforzar la relación o la gota que derrame el vaso. Es importante entender que las vacaciones no son una solución mágica a lo que puedan estar atravesando; sin embargo, sí pueden hacer una diferencia en tu relación. Está ti y en tu pareja aprovechar este momento para volver a encontrar esa conexión.
Escrito por: Elena Pedrozo
