Bienestar

Varices

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Las varices son provocadas por una debilidad en el proceso de circulación de la sangre, se trata de una dilatación en las venas y ésta impide la sangre regrese nuevamente al corazón. Ésta debilidad en las paredes venosas provoca un mal funcionamiento en el flujo sanguíneo.



Éste malestar provoca: una acumulación, que ejerce una alta presión en las venas; lo que provoca una deformación de éstas y como resultado surgen las venas varicosas y en ocasiones la aparición de úlceras que provocan un intenso dolor.

La formación de estas venas varicosas tiene el siguiente proceso: inicialmente surge una hinchazón,  seguida de calambres musculares, sensación de cansancio en la parte trasera de las rodillas y una picazón en la misma zona. Cabe destacar que este malestar, no es exclusivo de las mujeres, aunque si tienen una tendencia más alta de padecerlo.
Existen tres tipos de varices y son las siguientes:

  • Várices pequeñas, conocidas cómo arañas vasculares: son esas cuyo tamaño es pequeño y tienen una forma plana. Éstas sólo provocan un problema estético y pesadez en algunos casos.

  • Várices reticulares: su tamaño es medio, provocan flebitis (inflamación en las venas) y varicorragias (pequeños sangrados en las venas).

  • Várices tronculares: su tamaño es mayor igual que su cuidado, ya que al ser más agudas requieren de un tratamiento médico ya que provocan úlceras, dolores y trombosis (formación de coágulos en el interior de los vasos sanguíneos).

Aunque no todas las varices requieren de alguna intervención quirúrgica, todas requieren algún tipo de cuidado como la esclerosis, la crioesclerosis, tratamientos a base de láser o espuma, el que necesites será determinado por un médico especialista en éste padecimiento.

Los factores que intervienen en la aparición de las varices pueden ser: el embarazo, el sobrepeso, usar pastillas anticonceptivas, los antecedentes familiares  y el estar mucho tiempo de pie, si bien estas situaciones no las provocan, si influyen en su desarrollo.
Algunos consejos para tratar de evitar su aparición son:

1.    Llevar una dieta balanceada.

2.    Realizar ejercicios que ayuden a la circulación de la sangre en tus piernas.

3.    Beber entre 1 y 2 litros de agua por día.

4.    Nivelar los tiempos que estés sentada o de pie.

5.    Evitar usar prendas demasiado ajustadas.

6.    No exponer tus piernas a altas temperaturas, durante un largo tiempo.

7.    Elevar más los pies que tu cabeza, a la hora de dormir.

8.    Mantener la piel  hidratada.

 

Si no conocías a fondo este tema ahora ya sabrás lo esencial, así que es momento de cuidar tus piernas, realiza todo lo que haz aprendido para evitar padecer de esta enfermedad. Si requieres más información o ayuda y vives en el DF o Estado de México, puedes consultar a un especialista, ubicándolo en nuestro Directorio SuperMujer.

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