La disformia muscular o vigorexia, es un trastorno psicológico en el cual, la persona que lo sufre ve su cuerpo distorsionado. Esto es similar a la anorexia, sólo que es a la inversa. En la anorexia, el enfermo se ve gordo cuando en realidad está delgado, en la vigorexia ve su tonicidad muscular debilitada, su cuerpo flácido cuando en realidad su cuerpo está perfectamente musculado.
Otra diferencia es que la anorexia la suelen sufrir sobre todo las mujeres mientras que la vigorexia, estadísticamente, la sufren más los hombres.
Ante esta visión distorsionada y desagradable para ellos, suelen hacer aún más ejercicio, pesas y dietas especificas para conseguir una mayor musculatura.
Escogen unas dietas basadas en alto contenido de carbohidratos, proteínas, con una ingesta muy baja de grasas. En demasiadas ocasiones, puede estar presente el consumo de anabolizantes y/o sustancias androgénicas.
Las consecuencias de esta enfermedad es una constante obsesión por el cuerpo, de ser un cuerpo normal pasa a ser desproporcionado respecto a su talla y contextura física debido al exceso de ejercicio.
Para conseguir su objetivo, que es tener un cuerpo perfectamente musculado, pueden abandonar sus actividades diarias como la familia, las relaciones sociales, el empleo, etc. Todo para poder pasar más horas en el gimnasio o realizando ejercicio.
Indudablemente no se debe de relacionar el hecho de hacer ejercicio físico de manera regular y saludable, con padecer vigorexia.
Deberían cambiarse los valores socioculturales que sigue la sociedad para poder eliminar la búsqueda de lo superficial.
