La vitamina C se encuentra presente en muchas partes del cuerpo como hígado, hipófisis, leucocitos, glándulas suprarrenales, pero no se concentra en las partes inferiores del rostro. Y una de sus ventajas es que ayuda a prevenir el envejecimiento cutáneo.
Gracias a los agentes a los que estamos expuestos puede aparecer un creciente consumo interno de esta vitamina, y así causar que muchas veces nos falte. Uno de los principales causantes es el cigarrillo, que destruye de 25 a 100 mg de vitamina C todos los días con cada uno que se consume.
La alimentación equilibrada nos permitirá conseguirla de manera natural, pero esto no es suficiente por la poca estabilidad del ácido ascórbico que se va perdiendo en la preparación de la comida.
La absorción de la vitamina C por la piel va disminuyendo con el paso del tiempo. En ese momento, el envejecimiento cutáneo presenta una marcada disminución de la microcirculación dérmica.
La vitamina C está vinculada al proceso de transformación de la prolina en hidroxidoprolina, muy importante para el colágeno. El aumento local de esta vitamina ayuda en la producción del colágeno, que se encarga de mejorar la elasticidad de la piel, dándole mayor resistencia.
Además, es la encargada de neutralizar radicales libres y regenerar la vitamina E, permite mayor elasticidad en tu rostro y retrasa el envejecimiento. Por eso, te aconsejamos que compres cosméticos con vitamina C activa para que puedas mantener un rostro más luminoso y rejuvenecido.