Vivimos dentro de una sociedad con patrones y creencias muy arraigados y llena de prejuicios también. Cuando llegas a la edad adulta, te involucras en una relación de noviazgo, estable o no, inician los cuestionamientos de: ¿y ustedes para cuándo? Ya queremos mole… Te casas y en plena boda viene otro cuestionamiento más: ¿y los hijos para cuándo? Llega el primer hijo y ahora preguntan: ¿y la parejita para cuándo? ¿Te suena familiar esto?
A lo largo de nuestra vida nos enfrentamos a estos y otros cuestionamientos, y en parte se debe a que no sabemos vivir y disfrutar el momento presente; no nos enfocamos en el aquí y en el ahora, nos preocupa el futuro que ni siquiera nos pertenece y nos angustia el pasado que ya no podemos modificar.
Pero ¿qué sucede si ese embarazo no llega? Empieza una revolución de emociones y sentimientos tanto a nivel individual como en la pareja. Te enfrentas a emociones y sentimientos que de entrada no sabes manejar, y mucho menos sabemos nombrar, decidimos callar para evitar juicios.
Si tú, al igual que yo, estás atravesando por esta dolorosa circunstancia, quiero decirte primero que nada que NO estás sola y que puedo entender muy bien lo que está sucediendo en tu interior. Quizás estés enfrentando emociones como: rabia, dolor, desesperación, frustración, envidia, celos, enojo, ansiedad, etc. Nombrar y contactar con cada una de estas emociones no te hace una mala persona; de hecho es el principio de un camino de sanación. Nuestro crecimiento y desarrollo estará en transmutar eso y convertirlo en un aprendizaje y sacar la enseñanza.
Yo he aprendido a través de esta gran prueba algo, y es que en esta vida simplemente hay sentimientos y acciones que nos hacen evolucionar como seres humanos, así como sentimientos y acciones que bajan nuestro nivel vibratorio y nos bajan en la escala evolutiva. Sólo eso, y que cada uno de nosotros decide si se quiere estancar en un estado de sufrimiento permanente. El dolor no lo puedo evitar, pero el sufrimiento sí. ¡Ese es opcional!
Entender que el hecho de no poder concebir es una cuestión biológica ayuda mucho a eliminar culpas y auto juicios. No te atormentes con ideas o conceptos que te pueden dañar, no tiene que ver con un castigo divino o con el pago de algo que hiciste; esto obedece a una cuestión biológica que nos toca enfrentar.
Como mujeres deseamos convertirnos en madres para sentirnos plenas, pero la plenitud está dentro de cada una de nosotras, y de nosotras depende encontrar esa dicha, ya que es nuestra responsabilidad ser felices.
A veces tenemos misiones diferentes en esta vida; puede ser que nuestra misión sea diferente a ser madre. Y para poder encontrarla no te preguntes, ¿por qué a mí?, mejor pregúntate ¿para qué? Verás cómo la vida poco a poco te irá dando las respuestas y marcando tú camino a seguir. Cuando encontramos esa misión de vida, el panorama empieza a cambiar y tu vida empieza a tomar su rumbo.
Podemos convertirnos en mujeres fértiles en otros ámbitos, podemos ser fértiles en proyectos, y descubrir esto junto con nuestra pareja nos hará crecer mucho.
Y si para ti es imperativo ser madre, existen muchos niños que necesitan amor y cuidados, y si junto con tu pareja deciden adoptar, está muy bien, es un acto de amor puro.
Sólo me resta decirte que el tener o no la capacidad de concebir no nos hace valer más o menos, con o sin hijos eres una SuperMujer que vale mucho por su esencia, y por lo que eres y representas. Simplemente nos tocó vivir con esta circunstancia biológica que debemos pasar en nuestro camino por esta vida.
Te dejo mucha luz un fuerte abrazo para tu alma.
Escrito por: Andrea Pérez
